Nery Brenes abrazado por su hermanos, Ronny y Berta, en el cementerio general de Limón. Foto: Meylin Aguilera

Limón / 24 abril, 2012. Nery Brenes abrazó a sus hermanos, bajó la cabeza y se llenó de lágrimas. Eran las 5 p.m. y le daba el último adiós a su madre en el cementerio central de Limón.

Maidela Cárdenas, de 44 años, quien sufría de fibrosis pulmonar, era a quien Brenes dedicaba todos sus triunfos. El 23 de abril, en el hospital Calderón Guardia, terminó una lucha que comenzó hace cinco años.

“Le digo que no se fije en su rival, que el hacha es pequeña y derriba grandes árboles”, dijo Maidela en un entrevista a ADN 90.7 FM, dos días después de que Brenes ganará la medalla de oro, en en los 200 metros planos, en el campeonato mundial bajo techo en Estambul.

La pequeña iglesia de Morava, detrás del gimnasio Eddy Bermúdez fue el sitio donde sus amigos, familiares y vecinos la despidieron en medio de cantos y oraciones. El servicio inició a las 2 p.m.

Nery Brenes llegó en punto. Detrás del carro que transportaba a su madre. Vestía sencillo. Una camisa negra, un pantalón gris y en su cuello una cadena de oro con una cruz. Se sentó en la primera fila junto a sus hermanos. Las personas llegaban a abrazarlos, a darle ánimo.

Los cantos, las lecturas de la Biblia, todo se unía para darles fortaleza. Brenes a ratos se perdía en sus recuerdos, clavaba la mirada en el suelo o la dejaba fija en el féretro.

Wilford Hodgson, reverendo que presidió el servicio religioso, destacó la fe de la madre de Brenes y trató de llevar consuelo a sus familiares. Tras una hora y media, el cuerpo de Maidela Cárdenas dejaba la iglesia que por muchos años visitó y donde incluso fue maestra de la escuela dominical.

Brenes se montó en la camioneta que transportaba a su madre al cementerio. Ayudó a bajar su cuerpo y la llevó hasta su última morada. Allí, el campeón no pudo más, las lágrimas que había contenido salieron una a una, abrazado de sus hermanos le dijo adiós a su madre.