Londres. - Abrirá de nuevo el libro, seguramente hoy, a lo mejor mañana, buscando respuestas. Tarde o temprano lo hará.

“Los secretos del éxito”, de Jack Canfield, compañero fiel de Osman Murillo en los últimos días, quizás le ayuden a asimilar la desilusión que lo tumbó como se tumba en el judo al rival. De esos que invitan a pensar un “nada es imposible”, de seguro también había reforzado la convicción de Osman en torno al muro por enfrentar: 14 presentaciones de judocas ticos en Juegos Olímpicos, sin una sola victoria.

“Todo lo que quieres está ahí fuera esperando que lo pidas. Todo lo que quieres también te quiere a ti. Pero tienes que actuar para conseguirlo”, dice Canfield.

Todo lo que quería Osman era ganar esa pelea, consciente de que el judo tico si acaso alcanza para una victoria en Olimpiadas, “máximo dos”, según había reconocido días antes. Súmele haber perdido el año pasado el apoyo del Comité Olímpico Nacional, que al verlo eliminado de los Juegos Panamericanos jamás pensó que clasificaría a Londres. Y aunque todo el apoyo se volcó sobre él cuando logró el boleto, a tres meses de Londres ya era tarde.

Pese a esto y lo otro Osman se creía capaz, hasta que el egipcio Hussein Hafiz, quien a la postre quedaría eliminado una pelea después, no le dejó la mínima oportunidad de ganar en los cuatro minutos con 21 segundos que duró la pelea (un combate regular dura cinco minutos).

Tampoco le pasaron por encima, en una pelea de tú a tú en algunos tramos, que se fue inclinando poco a poco en contra de Osman por pequeños y caros errores. La acumulación de dos faltas leves, conocidas como “shidos” (quedarse en posición defensiva sin atacar por más de cinco segundos) marcaron el primer punto en su contra a los dos minutos y 41 segundos de pelea. Con el 1-0, Osman se vio obligado a buscar atacar más, pero sufrió un discutido “O-uchi-gari” (una de las acciones en la que el judoca tumba a su oponente, con valor de 10 puntos); para que puntúe debe hacerle caer de espaldas y esta vez no fue tan claro, pues Osman intentó caer de costado. Los réferis lo dieron por válido y dejaron al tico con el marcador 11-0, a falta de dos minutos de pelea.

Urgido, contra la pared, Osman cometería otra falta (esta vez simular un ataque). Tratándose de su tercera infracción, la penalización se paga con 10 puntos. El 20-0, representaba el fin de la pelea y su despedida de Londres.

“No te preocupes por los fracasos, preocúpate por las posibilidades que pierdes cuando ni siquiera lo intentas”, le dirá Canfield.