Nacionales
Domingo 11 de diciembre de 2011, Costa Rica

Cosas de la vida

El cansancio es acumulativo, el descanso no...

Ana Coralia Fernández Arias

Periodista

¿A quién no se le hacen cortas las vacaciones por muchas que tenga, que pasee y que gaste?

¡Ah! Pero trabaje tres días seguidos, coma rápido, duerma poco y corra como un venado de aquí para allá y verá como los pies se le vuelven de plomo, los párpados de piedra y las manos se le oxidan como alambre a la intemperie...

Es un hecho que el cansancio es acumulativo y el descanso, apenas una carga temporal de baterías que se gasta más rápido que una tarjeta de telefonía prepago.

¿Será que a nuestro tiempo libre le pedimos demasiado? ¿Será que nos programamos como el robot de “Perdidos en el espacio” y no le damos chance al cuerpo ni al alma de tomarse un respiro?

Solo hay que echar un vistazo a los tiempos de espera en los sitios para divertirse, comprar o derretir el fin de semana.

Uno va al cine a distraerse, pero entre que hace la fila para el tiquete, las palomitas, la entrada y la salida del parqueo, ¡llega a coger cama!

Podría creerse que vamos a la comida rápida para que mamá descanse de la cocina, pero con solo ver el rostro de los que cuidan el campo en las estrechas mesitas multifamiliares o de quienes ordenan en el implacable mostrador de los indescifrables combos, podría inferirse sin mucho esfuerzo que el derrame cerebral está a la vuelta de la esquina, sin más ni más.

¡Nada como una buena pijama vieja, un par de chanclas, el planito calor del colchón y una buena siesta para reparar cualquier fisura física o emocional!

Un día en una macrobiótica pedí algo natural para el cansancio. La respuesta fue: ¡Descanso!