Domingo 18 de marzo de 2012, Costa Rica

Locura mediática

Su vida es todo un colocho

Isaac Lobo

ilobo@aldia.co.cr

“Choché” no ha hecho más en la vida, porque no es más viejo. Si él fuera un objeto, sería un iPhone, pues todo los jóvenes lo quieren, aunque habrá uno que otro adulto por ahí que lo critique.

Este antihéroe de la televisión nacional es un pegue asombroso entre la muchachada, gracias a su programa “Lo Que Pone la Gallina”, los viernes a las 7 p.m. por VM Latino, donde habla de lo cotidiano en un idioma en el cual los pubertos se sienten muy identificados.

El calificativo de “bombeta” le queda corto, en el buen y mal sentido de la palabra. De tonto no tiene un colocho, habla tres idiomas, estudiante de Publicidad y como él mismo se describe en su página de Internet es “actor, presentador de tevé, baterista, bailarín, productor audiovisual, comediante de stand up comedy y animador de eventos especiales”.

Cuesta creer que este VJ de 24 años, oriundo de Alajuela –cuyo verdadero nombre es Bernardo Romano– se agarró a puñetazos con “Yiyo” Alfaro antes de que fuera su inseparable amigo, compinche y consejero.

Enamorado de su familia y de su novia, romántico hasta las últimas consecuencias asegura que tiene un peso muy grande de ser buen ejemplo entre los adolescentes, el cual carga con orgullo.

¿Qué le falta por hacer?

Ser millonario.

No, ¿Qué más cosas hace?

De todo. Malabares con fuego, acrobacias en telas, andar en monociclo, figuras con globos, pintacaritas y soy payaso. Soy baterista y percusionista (estudia desde los 6 años). He tocado para Percance, Garbanzos, Mentados y estuve en un grupo de punk y fui de gira por México.

¿Cuál es el grupo?

No lo voy a mencionar porque me echaron y me caen mal. Por eso me agarré con el vocalista.

¿Es peleón?

Antes, ahora me controlo mucho. Es de herencia porque mi papá era así, de carácter fuerte. Pero desde que se hizo cristiano cambió y yo por mi trabajo también. Como somos muy liguistas, antes nos agarrábamos en el estadio.

¿Es bombeta?

Sí, pero más que todo alegre y feliz, sin complejos. Lo que pasa es que me aburro fácilmente. Me metí a patinar, a surfear, estuve en el equipo de natación de Alajuela y tengo medallas de Juegos Nacionales. Hice artes marciales, boxeo y Capoeira.

Al llegarle a tantos jóvenes ¿Debe de ser un ejemplo?

Por supuesto, cuando iniciamos “Lo Que Pone la Gallina” queríamos ser los chiquitos irreverentes, que los papás no dejaran ver a sus hijos el programa. Pero pronto nos dimos cuenta que le empezamos a gustar a niños de 4 años y de 6 años y hasta señoras de 40 años, así que sentamos cabeza.

¿Sentaron cabeza?

Sí, porque el programa se hizo familiar sin quererlo. Imagínese que hemos animado fiesta de 50 años, de chiquitos de 9 años y fiestas de 15 años.

Deme un ejemplo.

Hablamos por ejemplo de las técnicas de copiar en un examen, las frases de la mamá que son un “bañazo” y cuando el papá de uno baja en bóxer y uno marcando con la novia en la sala y a él se le ve todo “aquello”. Al final pedimos que valoren el estudio y a la familia, que le digan a los papás que son importantes y les agradezcan el esfuerzo que hacen.

¿Qué lo ha sorprendido de ese pegue con los jóvenes?

Me llamó una mamá para decirme que su hijo volvió a estudiar gracias a nosotros y que gracias a nosotros entienden más a su hijos. Un muchacho me contó que no se suicidó por lo que allí dijimos y una señora nos invitó a su casa, porque su hijo, quien tiene una parálisis cerebral desde hacía tres años, le encantaba nuestro programa. Cuando fuimos a la casa él brincaba de la felicidad y por primera vez habló y dijo nuestros nombres...a mí se me salieron las lágrimas.

¿Qué obras de caridad hacen en el programa?

Cuando “Yiyo” cumplió años pidió que no le mandaran regalos, sino útiles escolares. Hicimos 25 bolsas cargadas de cuadernos y lápices de colores para niños de escasos recursos. Cuando yo cumplí, pedí víveres para unos adultos mayores y les duró dos meses. También hemos ido a centros penitenciarios.

¿Por qué tienen tanto pegue?

El secreto es que los “carajillos” no nos ven como presentadores, sino como “compas”. Los temas los pone la gente, para eso a veces viajamos en bus, caminamos por la calle y nos metemos al mercado central de Alajuela para buscar temas.

¿Qué es “Yiyo” para usted?

Es un hermano que ha estado en las buena y en las malas. Le cuento que antes nos detestamos cuando los dos éramos estudiantes de teatro en Carpe Diem, nos llevamos mucho pique a tal punto que nos dimos de manazos en una obra de teatro.

¿En plena obra?

Sí, fue en Limón presentando “Mamita Yunai” en un colegio, botamos el telón y caímos sobre las tablas, en media presentación de otros compañeros.

¿Cómo se arreglaron?

El profesor nos hizo pedirnos disculpas. Fue para la obra “La Casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca, en ella los hombres interpretábamos mujeres. “Yiyo” hacía de Martirio y yo Amelia. Teníamos que ensayar todos los días durante 6 meses y así... “manda huevo” terminamos siendo muy “compas”.

¿De qué se arrepiente?

De haber pedido tanto tiempo en el colegio, pues me quedé tres veces en décimo. Mi hermana que es menor que yo me alcanzó y luego me pasó. Me gradué en el “cole” a punto de golpes y garrotazos. Y como no sabía qué estudiar mi mamá me metió a Publicidad.

¿Cómo llegó a la tele?

Estudiando Publicidad conocí a Natalia Rodríguez y me invitó a hacer un “casting” en VM Latino, pero me llamaron hasta un año después.

¿Es verdad que tocaba la batería en una iglesia cristiana?

Sí, además fui líder de juventudes y campamentos.

¿Qué pasó con la religión?

Dios es el centro de mi vida. Pero estando ahí me decepcioné de muchas cosas porque muchos no hacían lo que predicaban.

¿De niño era un terremoto?

Sí, perdí la cuenta las veces que me llevaron al hospital, me he quebrado todo el cuerpo. Parezco a Pinocho, estoy lleno de remiendos y cicatrices.

¿En qué ha trabajado?

Trabajo desde los 11 años. Saqué fotocopias, luego mi papá se puso una y yo la administraba a los 16 años. Trabajé en CCM Cinemas limpiando butacas, sobre todo vomitadas, baños llenos de ya sabe, poniendo películas y cobrando entradas. He animado fiesta como el payasito “Chupepo” y con Arte y Color hacíamos obras de teatro de la literatura que se ve en el colegio como “El Quijote”.

¿Cuál ha sido el trabajo más difícil que ha hecho?

Estar en VM Latino por la exposición mediática que conlleva. Por ejemplo, desde hace dos años dejé de fumar, porque un día se me acercó una chiquita a darme un beso y me dio mucha pena el olor.

¿Qué toma en serio?

Todo lo que tenga que ver con mi familia, porque tengo la mejor del mundo.

Las 5 rapiditas

¿Qué pasó con su video sexual?Tuvo una distribución discreta, cuando pasó se me cayó el mundo. Mi mamá me dijo. “Todo obra para bien para los que aman el Señor”. Esa bronca tenía que pasar, porque ha servido de testimonio.

¿Se cortaría los colochos?Desde que estoy en el programa no me los corto. Son mi herencia. En algún momento me los llegaré a cortar, porque hay que cuidárselos como si fueran un hijo. Llevan mucho trabajo.

¿Su mayor sueño?Mucha gente quiere un buen carro, estabilidad monetaria o una buena casa como fin, obvio que me gustaría todas esas cosas, pero para decir que mi vida está completa me gustaría más adelante ser papá. Tener un hijo será lo mejor.

¿Se le ha subido la fama a la cabeza?Sí, claro que sí, por supuesto. El primer año que empecé a trabajar en VM Latino me invitaban a todo lado y a los 20 años te crees una celebridad. Por dicha tengo gente que me hace sentado.

¿Es romántico?Yo peleo mucho con “Yiyo”, porque con mi novia Ashley García soy super detallista. Le hice un álbum de fotos, se las “posteo” en el Facebook, y como no pude ir con ella a Luis Miguel le grabé una canción, entonces hago quedar mal a “Yiyo” con su novia.