Aunque el templo de la parroquia Corpus Christi, en la Aurora de Heredia, estaba a reventar, Andreína Miranda no quiso perderse la oportunidad de acudir a los festejos en honor al Padre Pío para solicitarle su intercesión.
“Vine a pedirle que me conceda el favor de que a mi hija se le quiten los ataques de pánico y nervios que le den a raíz de una caída que sufrió su hermana, a la cual casi perdemos, pero ella no superó ese trauma”, afirmó.
Miranda, junto a su hija de seis años, fueron parte de los miles de fieles que desde el fin de semana anterior participan de las actividades realizadas para conmemorar la muerte del Padre Pío.
El sábado los católicos efectuaron romerías en diferentes zonas del país y desde ayer en la madrugada se realizó una vigilia y una misa solemne para recordar la muerte del santo hace 44 años.
“Es impresionante la cantidad de personas que se han acercado estos días al templo, entre ayer y hoy ha sido un país peregrino buscando la intercesión del Padre Pío. Hay muchos testimonios de personas que han encontrado sanación”, dijo Gabriel Corrales, párroco de la Aurora de Heredia.
Corrales comentó que el Padre falleció el 23 de setiembre de 1968, en San Giovanni Rotondo, Italia, en donde ayer se realizó un enlace con el padre Carlo María Laborde, guardián del convento del lugar.
“Fue un hombre extraordinario por los carismas que Dios le dio, tenía los estigmas y dones muy fuertes sobre todo para aliviar el dolor de las personas, el sufrimiento. Su vida fue como un crucificado sin cruz porque tuvo que pasar por muchas adversidades”, aseveró el cura párroco.
Agregó que falleció con virtudes de santidad, por lo que la Iglesia Católica lo declaró santo.
“Hoy sigue moviendo a muchas personas para que se acerquen a Dios. El Padre Pío está intercediendo ante Él y nosotros debemos imitar sus virtudes para que ese acercamiento fortalezca nuestra vida espiritual”, indicó.
