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 Sucesos Sábado 13 de agosto, 2005, San José, Costa Rica.
 

Rapto y crimen de Tárcoles se consumaron en menos de una hora

Terror duró 40 minutos

Dicen haber visto a un desconocido en el lugar minutos antes del desenlace

Rodolfo MartínChristian Campos
Colaboró
Sylvia Alvarado

Garabito, Puntarenas. - El rapto de las hermanas Luz Elena y Raquel y el homicidio de la primera se habrían consumado en 40 minutos, según pudo establecerse ayer, a una semana de los hechos.

Rastreo

Ayer trascendió la versión de un testigo que afirmó haber visto a un hombre a la entrada del "trillo de la muerte" y que desapareció pocos minutos, antes de que se conociera la macabra noticia.

Además:

  • "Ayuden a mi hermana; sálvenla"...
  • Esta reconstrucción se basó en relatos de testigos y el horario de los buses de la región.

    Las hermanas llegaron al sitio en bus de la empresa que cubre la ruta entre Jacó y San José, como lo hacían a diario.

    El chofer Freddy Ortega salió de Jacó a las 11 a.m. y recogió a las hermanas 40 minutos después a la entrada de Tárcoles.

    "Entraron por la puerta de atrás. Viajaron de pie, porque el bus venía lleno, pero al llegar a la "Parada de la Camisa", como llaman adónde tenían que bajarse, se acercaron al frente. Me llamó la atención que no las estaban esperando como siempre", narró ayer Ortega.

    Las adolescentes bajaron y se internaron en el trillo. El chofer continuó su marcha. Eran las 11:50 a.m.

    En el sendero habrían andado unos cinco minutos antes de ser interceptadas, justo a mitad del trillo. Fue ahí cuando el homicida las sacó del trillo principal y por otro camino más montañoso las devolvió donde tenía ya preparada una especie de cama en platanilla.

    Mientras, a las 12:00 md, Johnny Zamora, otro chofer salía de Orotina rumbo a Jacó. Marianella Agüero, alumna de noveno año del CTP de Orotina, vecina de las hermanas, abordó el bus. "Llegamos a la entrada de "la Parada de la Camisa", a las 12:35 p.m. En la puerta iba mi compañero Héiner Méndez, quien bajó a ayudarle a Marianella por su embarazo", recordó Zamora.

    Méndez dijo que cuando bajó vio "a un hombre, de espaldas, que vestía camiseta azul y veía hacia el trillo" pero no le prestó mayor atención.

    "Llegué al portón del trillo y me cambié los zapatos. No vi a ningún hombre ni escuché nada raro. Sí recordé que hace dos meses un hombre les había salido a mis amigas" dijo Agüero.

    Este incidente fue confirmado ayer por otro chofer, Manuel Vásquez, a quien ese día las muchachas les salieron de improvisto en la carretera.

    Raquel, según reconoció, reaccionó cuando escuchó el motor del bus del que había bajado Marianella. Aunque hace ocho días, Marianella no vio a Raquel cuando entró en la montaña, ésta si la vio, pero no le pidió auxilio porque el homicida acababa de dejarla, tras matar a su hermana Luz.

    Cuando ella decidió salir a la carretera a buscar ayuda se topó con Óscar Ramírez. Cuando éste llegó a la delegación de policía era la 1p.m., 40 minutos después de que bajaron del bus. El hombre de la camisa azul no subió por el trillo porque lo hubiera visto Marianella. Tampoco abordó ningún bus, pues no había servicio. Tampoco nadie lo vio caminar.

    Testigos

    "Se bajaron solas. Contrario a otras veces en esta ocasión nadie las estaba esperando"

    Freddy Ortega chofer de bus

    Si hubiera sabido al llegar que el tipo acababa de matar a Luz, me bajo y lo buscamos porque todavía estaba ahí"

    Johnny Zamora chofer de bus

    Foto: 1041730
    Expertos de la DIS y del OIJ rastrearon la zona en busca del arma que hace ocho días mató a Luz Elena
    Aléxander Otárola

    "Ayuden a mi hermana; sálvenla"...

    Óscar Ramírez, Rafael Mora y otros dos constructores fueron los primeros en ver a Raquel cuano salió del trillo en busca de ayuda. Así recordaron ambos ayer ese día:

    "Veníamos de Jacó, escuchando música y conversando cuando de repente sale la muchacha corriendo de entre la maleza, con el uniforme lleno de tierra y se paró en media calle". Ramírez frenó en seco. "Gritaba que ayudáramos a su hermana, que le habían pegado un balazo. Lloraba, estaba histérica". Óscar manejó hasta la delegación; los otros tres la siguieron en el trillo. "De lo nerviosa que estaba nos hizo dar varias vueltas, decía 'ay, mi hermana'... En un momento la paré y le dije: 'digáme lo que pasó o nos devolvemos'. Dijo que un señor con la cara tapada le disparó a la hermana, que a ella la amarró una hora y que la amenazó. Pensé que estaba drogada o algo hasta que llegamos al lugar y vi a la hermana tirada boca abajo, con la blusa manchada de sangre", recordó Mora.

    "Cuando vi eso, me dio mucho miedo, pensé en que el tipo podía andar por ahí y nos mataría así que corrimos con ella para afuera. Le preguntamos si lo conocía y que si le había hecho algo a ella. Dijo que no ".

    "Decía que la hermana estaba viva, que la ayudaran porque padecía del corazón. Verla llorando diciendo que la salvaran cuando ya estaba muerta fue terrible", recordaron.

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