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 Nacionales Miércoles 07 de diciembre, 2005, San José, Costa Rica.
 

Debate por crimen comenzó ayer con extremas medidas de seguridad

Sonó la hora cero para aclarar el caso de Parmenio

9 personas acusadas enfrentan Tribunal Penal

Gilda González

Es la hora cero. Atrás quedaron los arrestos, la búsqueda de testimonios a favor y en contra, los pleitos procesales en medio de una acusación y la larga espera para resolver en los Tribunales el homicidio más sonado de los últimos años en el país.

Largo camino

Se calcula que el juicio tendrá una duración de seis meses a partir de ayer. En los distintos debates se contará con la presencia de 225 testigos.

Ayer comenzó el juicio por el caso del productor radiofónico Parmenio Medina Pérez, asesinado a sangre fría, a sus 62 años, el 7 de julio del 2001.

Además:

  • Hijas esperan justicia por crimen
  • En medio de extremas medidas de seguridad, nueve hombres son juzgados en la sala 12 de los Tribunales de Justicia, en San José, acusados de homicidio calificado por el Ministerio Público.

    Se trata del sacerdote Mínor Calvo Aguilar y el empresario Omar Chaves Mora, presuntos autores intelectuales del asesinato. El primero llegó vestido de negro; y el segundo, visiblemente más delgado.

    Además, Jorge Castillo Sánchez y John Gilberto Gutiérrez, supuestos mediadores entre quienes planearon el asesinato y los ejecutores del crimen.

    Junto a ellos, figuran también como acusados Juan Ramón Hernández, Danny Smith Mata, Juan Gabriel Carvajal, Luis Alberto "El Indio" Aguirre y Rándall González García.

    La primera audiencia empezó ayer a las 8:45 a.m., con 45 minutos de retraso, en una sala abarrotada por la prensa, oficiales de cárceles del OIJ que custodian a los acusados, policías de la Fuerza Pública con chalecos antibalas y cascos, pendientes de los tres jueces, y efectivos de la seguridad del Poder Judicial, también con chalecos antibalas, que velan por el oreden fuera de la sala y dentro de ella.

    Los fiscales Guiselle Rivera y Miguel Ramírez también tienen su propia custodia.

    Un día de formas

    En la primera jornada, las partes resolvieron temas de forma.

    Hasta hoy a las 8 a.m. se espera el inicio de la lectura de la acusación, que incluye nueve tomos de expedientes, 91 casetes de intervenciones telefónicas, 225 testigos y 803 documentos.

    Por petición de varios de los abogados defensores, los jueces Álvaro Abarca, presidente, Ileana Guillén y Zaira Sevilla permitieron que los acusados, ocho de ellos presos, permanezcan en la sala sin las manos esposadas.

    El Tribunal Penal prohibió que los sospechosos utilicen papel y bolígrafo para hacer sus anotaciones. Esto, a pesar de que los defensores y los mismos fiscales abogaran por lo que consideraron "derecho de defensa".

    La audiencia fue suspendida a las 3 p.m. para que se reacomodara el espacio y situar a los acusados al lado de sus defensores.

    Cada parte "jala" para su saco

    Guiselle Rivera, Fiscal a cargo del caso.

    "Tenemos elementos de prueba suficientes para acreditar los hechos. Tanto, que se ordenó apertura a juicio".

    Rodrigo Araya, defensor de Mínor Calvo.

    Que quede claro que el padre es inocente. La Fiscalía no tiene una sola prueba que demuestre su participación en el crimen".

    Wílliam Guido, defensor de Omar Chaves.

    Espero la absolutoria para don Omar. Vamos a demostrar que todo este juicio es un montaje. La Fiscalía no tiene pruebas".

    En la sala 12

    Aunque los 9 imputados llegaron desde las prisiones a las 7:30 a.m., y los jueces y los defensores estuvieron antes de las 8 a.m., hora prevista para el inicio, el debate comenzó a las 8:45 a.m. Nadie explicó la razón del atraso.

    Cuando se esperaba el ingreso de los tres jueces, toda la sala quedó sorprendida al ver que, en lugar de ellos, llegaban 7 oficiales de la Fuerza Pública con chalecos antibalas y cascos. Detrás entró el Tribunal y los policías se retiraron. Y, así, en todas las ocasiones.

    La sala 12 se hace pequeña y caliente para tanta gente. De los 5 abanicos, solo sirven 3.

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    La presencia policial es intensa. Hay custodia para los acusados, los jueces, los fiscales y vigilancia a toda la sala.
    Manuel Vega

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    Según la Fiscalía, John Gilberto sirvió como mediador entre los autores intelectuales y los ejecutores del crimen.
    Manuel Vega

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    La fiscal Guiselle Rivera era custodiada ayer, en la sala de juicio 12, por un policía vestido de civil.
    Manuel Vega

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    Los oficiales de seguridad suelen vestir camisa blanca, pero en este juicio usan chalecos antibalas.
    Manuel Vega

    Hijas esperan justicia por crimen

    Gilda González

    Permanecieron en silencio, con un gesto de dolor compartido, durante toda la sesión de ayer. Esperan que la muerte de su padre, Parmenio Medina, se esclarezca, aunque sea dentro de seis meses, cuando se prevé que concluya el juicio.

    "Hace cuatro años y cinco meses que nos arrebataron a papá... parece que fue ayer. Siento que me estoy doblegando. Espero que aquí se conozca la misma verdad por la que mi papá murió. Hay un Cristo que da justicia divina, y después es la de los jueces", dice, entre lágrimas, Patricia Medina.

    "Nunca había visto en persona a los acusados, es mi primera vez. Uno revive todo", añade.

    Al igual que ella, sus hermanas tienen la esperanza de que se llegue a esclarecer los hechos.

    Marta dice tener esperanza y confianza en la justicia "de que la verdad salga y los responsables paguen por lo que hicieron".

    El dolor por la muerte de su padre alcanzó otra dimensión en Alicia, quien insiste en que "no puede ser que se siga creyendo que matar a un comunicador le sale barato a cualquiera. Hay que pensar no solo en la familia, sino también en el aspecto social, en lo que significa esta muerte para la sociedad".

    Las tres hijas de Parmenio estarán en el debate todo el tiempo que puedan. Su madre, Martha Castrillón, y su hermano, Rodolfo, no podrán hacerlo porque son testigos en el caso.

    Foto: 1135455
    Patricia, Marta y Alicia Medina seguirán paso a paso, desde ayer, el juicio por el crimen de su padre.
    Manuel Vega

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