Unos 1.200 menores se juegan la vida a diario

Los marginados que nos negamos a ver

Niños son usados como burros para transportar droga, golpeados por inescrupulosos y abusados sexualmente en la capital

En una esquina que huele a orines y heces, cerca del antiguo cine Líbano, un niño celebra su cumpleaños número diez, fumándose una piedra.

Para él, no hay queque, velitas, ni un regalo, y mucho menos el abrazo de mamá y de papá. Dormirá una noche más en la calle, la que ha hecho "su casa" durante los últimos dos años.

Abandonados a su suerte, cobijados con cartones y alimentándose de los sobros o de lo que alguien les quiera dar, viven cerca de 1.200 menores que, como sus hijos y los de sus vecinos, desean tener una familia y un regalo en esta Navidad.

Cualquiera se conmovería al observar los delgados bracitos de un pequeño (de unos 12 años) que el jueves 27 de octubre, cerca de la Plaza de la Cultura, sostenía con cariño un "Picachú", con ternura, como lo haría cualquier otro niño de su edad.

El jefe de la Policía Regional, Rándall Picado, asegura que a los policías no se les olvida que diariamente tratan con niños, aunque estén en la calle.

"He visto chiquillos de esos viendo juguetes en una ventana", afirma Picado.

El problema de la niñez en la calle continúa sin resolverse. Es una realidad, es la marginación que nos negamos a ver.

Mario Víquez, defensor de la Niñez, asegura que este tema "es una vergüenza para el país y, lastimosamente, se ha convertido en una costumbre".

Nuevos retos y problemas

Periodistas de Al Día fueron testigos, durante una semana, de la otra realidad que viven los niños durante las noches.

Ellos son golpeados por indigentes adultos que buscan insaciablemente las piedras de crack en poder de los niños.

Además, son usados como "burros" para trasladar drogas y las niñas que llegan a la calle se convierten en el blanco perfecto de la prostitución.

Lorena Rueda, de atención inmediata del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), explica que el fenómeno de los niños en "callejización" ha alcanzado hasta a algunos barrios marginales.

"Los niños han encontrado en sus barrios las mismas condiciones que les ofrece la calle en San José. Hay bulla, luces y dinero que los sacan lentamente de sus hogares", afirma la experta.

Esta cruda realidad no es desconocida por las autoridades del PANI. Según Damaris Alvarado, vicepresidenta de la institución, "se han hecho esfuerzos para tratar de sacarlos de la calle; no obstante, faltan recursos".

Actualmente, tienen dos centros, uno en La Garita de Alajuela y otro en San José, donde los atienden.

Fiorela Gogi, encargada de los albergues, afirma que la mejor ayuda que tienen es un fallo de la Sala Constitucional que obliga a a la Caja Costarricense de Seguro Social a desintoxicar a los adictos y a crear un centro para hacerlo.

Cifras aportadas por el Juzgado de la Niñez y la Adolescencia revelan que, de mayo a octubre, se enviaron 12 menores a la Caja, que requieren tratamiento para desintoxicarse y rehabilitarse.

Rueda explicó que al internarlos en el Hospital Psiquiátrico, se saturó el servicio, por lo que buscaron otra solución.

Fotografías: Herbert Arley, José Rivera, Rafael Pacheco y Érick Córdoba

Avenida quinta, San José. 12:01 a.m. Una jovencita, que no llega a los 15 años, duerme sin zapatos en una acera, en el centro de la San José, el lunes 25 de octubre. Algunas personas la vieron y su cara dejó ver el dolor que lleva adentro, otros simplemente se la brincaron; era una más de la calle.

Cercanías del cine Líbano 9:25 a.m. Un bollo de pan añejo es la única compañía de este pequeño de abrigo azul, la noche del 28 de octubre. Él permaneció tirado a la ancho de la acera; su cara mostraba varios golpes.

Frente al Banco Popular 8:29 p.m. "Rándall", de 16 años, contó, el viernes 28 de octubre, que tiene miedo de morir asesinado en la calle.

Entrada a Sagrada Familia 10:12 a.m. Una niña habla con varios conductores y se levanta la blusa sin importarle la hora, el martes 25 de octubre.

Cerca de la parada de Tibás 12:25 a.m. Este pequeño corre cuesta arriba. Al pasar mostró que tenía un ojo morado, el viernes 28 de ocutbre.

Plaza de la Cultura 10:30 a.m. Tirado en el suelo, sin importar quiénes son los que pasan a su lado, este pequeño deja, por un momento, su adicción al crack. El 27 de octubre, volvió a ser niño y jugó con un "Picachú".

Antigua zona roja 11:16 a.m. Por la limpieza de sus pies, es fácil saber que desde hace poco es un indigente más en la calle. El pasado jueves 27 de octubre hacía frío y para cobijarse usaba estos cartones.