Asesinos usaron su carro durante todo el domingo

Pistas señalan a dos sospechosos

Crimen de abogado del PANI se gestó en Barranca

Puntarenas.- El OIJ local disponía ayer de algunos informes, todos por corroborar, que podrían llevar hasta los sospechosos de asesinar a Carlomagno Cascante, abogado del PANI, cuyo cuerpo apareció anteayer en un cañal de la finca La Rioja, en Barranca.

La víctima, de 49 años, habría sido asesinado -al menos por dos personas- entre las últimas horas del sábado y las primeras del domingo. Las pesquisas indican que los preparativos de su muerte ocurrieron en Barranca, no el sábado por la noche en Miramar; donde se le habría visto con vida por última vez.

El OIJ de Puntarenas confirmó ayer que Cascante estuvo en Miramar entre las 6 p.m. y las 10:15 p.m. Hasta allí llegó solo en su carro, un Daihatsu Terius gris, y solo se regresó.

Eso sí, no era la primera vez que estaba en ese sitio. Cerca del mediodía había ido a su finca, donde sembró árboles de güitite y le pagó al peón, informó ayer su esposa, Margarita Zúñiga, quien mientras tanto lo esperaba en la casa de sus padres, en El Roble.

Cascante se reencontró con ella a las 4 p.m., y volvió a salir a las 5:30 p.m. Llegó a Miramar a las 6 p.m. para visitar a su madre y a sus hermanos. Unos 30 minutos más tarde fue al bar Las Delicias, ahí compartió con unos amigos.

Uno de ellos fue Max Carmona. "Estaba tranquilo y disfrutando, como lo hacía con alguna frecuencia", relató ayer.

Al menos dos...

Por su empleo en el PANI, Cascante vivía en Los Lagos de Heredia y aprovechaba los fines de semana para ir a la finca y visitar a su familia.

La noche del sábado subió al carro y fue a Puntarenas. Los informes del OIJ indican la posibilidad de que en el hecho participaran, al menos, dos personas a quienes Cascante habría contactado en El Roble.

El OIJ no tiene ninguna hipótesis acerca del móvil, pero no aparecen algunas de sus pertenencias como el reloj y un anillo. La esposa cree que el móvil fue el robo, pues portaba unos ¢200.000.

El auto apareció al mismo tiempo en que fue hallado el cuerpo. Lo dejaron en el barrio Los Almendros, a pocos metros de la casa de Juan de Dios Arroyo, hermano de José Enrique, una de las personas con quien Cascante compartió en Miramar.

"Juan llamó para preguntar si Carlomagno había vendido el carro porque estaba frente su casa, sin placas y con un golpe en la parte delantera", recordó su amigo Max Carmona.

Esto lleva al OIJ a creer que permaneció en poder de los sospechosos entre la madrugada del domingo y la mañana del lunes.