Familiares, amigos y vecinos de Pérez Zeledón están consternados

"Era un hombre ejemplar y muy trabajador"

Tico fue asesinado frente a la panadería donde trabajaba en Treton, Nueva Jersey.

Pérez Zeledón.- Gilberth Cascante, de 53 años, se fue hace ocho a los Estados Unidos para atrapar su sueño de tener un taller propio, pero dos puñaladas en la espalda y el pecho acabaron con su anhelo, la madrugada del jueves pasado, frente a la panadería donde trabajaba en Treton, Nueva Jersey.

En Pérez Zeledón reina el miedo entre quienes tienen familiares en ese país, pues piensan que algo malo les podría pasar. María Eugenia Arias, cuñada de Cascante, dijo que ella también teme por la vida de su hijo, que vive en Maryland.

En Costa Rica, Cascante se ganaba la vida como pistero y, luego, trabajó de taxista.

Familiares, amigos y vecinos no pueden creer que dos hombres, al parecer hispanos, le hayan quitado la vida para robarle unos cuantos dólares. Él nunca cargaba efectivo, pues vivía cerca de la panadería, propiedad de la familia de su esposa, Rosalinda Arias.

El sueño americano atrae a muchos costarricenses. Un informe de la Oficina de Protección de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos reveló que, de enero a julio de este año, fueron detenidos 700 ticos indocumentados, 250 más que en el 2004.

"Hasta luego, papi."

Steven Cascante, hijo de Gilberth, quien tenía ocho meses de estar con él en los Estados Unidos, dijo que su papá fue un ser humano ejemplar y trabajador.

El día antes de su muerte estuvieron conversando. "Me preguntó por el trabajo y, cuando me tenía que ir, le dije: 'Hasta luego, papi, te quiero mucho', y él contestó: 'Yo también, hijito'".

Hasta ahora, la única pista sobre los homicidas de Cascante es que podrían ser latinos, y que le robaron para comprar droga.

Así lo veo Reiman Ugalde, oficial de seguridad. La inseguridad se vive en todo el mundo, pero siempre pienso en mis primos y sobrinos que viven en Nueva Jersey". Mayela Ureña, ama de casa. Desde que un familiar se va a los Estados Unidos, siempre rezamos para que no le pase nada". Eduardo Suárez, taxista. Tengo un hermano en Nueva York, y sabemos que hay lugares inseguros, pero esperamos que nunca le pase nada". Gerardo Núñez, trabajador de construcción. Un cuñado mío vive en Nueva Jersey y, todos los días, mi familia y yo le pedimos a Dios para que lo cuide".

"No tengo dinero"

Gilbert Cascante salió de la panadería donde trabajaba, pasada la medianoche. Caminó unos metros y luego se encontró con dos hombres armados con puñales. Dio media vuelta y salió corriendo.

Desesperado, intentó llegar a la puerta de la panadería. Allí estaba su familia, necesitaba ayuda. Golpeó la puerta varias veces, pero ya los delincuentes estaban junto a él.

Un amigo de Gilbert observó cómo uno de los antisociales le metió una puñalada en la espalda, lo agarraron y lo tiraron al suelo.

En la acera, lo apuñalaron más en el tórax. Gilberth les decía que no tenía dinero, que no andaba nada.

Su compañero llamó al número de emergencias 9-1-1. La ambulancia llegó en cinco minutos, pero las heridas eran tan profundas, que, a la 1:30 a.m., Gilberth murió en el hospital.

De los delincuentes solo se sabe que son de origen hispano, y todavía no los han atrapado.