Miércoles 20 de agosto de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | Aún no hay sospechosos por crimen de joven en San Francisco
Cada mes asesinan a 32 personas en Costa Rica
Taxistas, comerciantes, amas de casa y estudiantes entre los más atacados en el 2007
  • AlDia.cr
    El crimen de Llulisney Vega aún sigue sin esclarecerse. Ella murió en la vía pública. Esteban Dato.

Alejandro Arley Vargas
aarley@aldia.co.cr

A Llulisney Vega, de 21 años, la mataron el domingo en San Francisco de Dos Ríos de un balazo en la cabeza. Ella es una de las 32 personas que, en promedio, son asesinadas cada mes en Costa Rica, según datos del OIJ.

Las estadísticas más recientes de este cuerpo policial revelan que entre el 1.° de enero y el 31 de julio del 2008, ocurrieron 229 homicidios dolosos (ejecutados con intención de matar) en todo el país; al menos un caso diario.

Vega era una joven que trabajaba como electricista y estudiaba para sacar sus materias pendientes de bachillerato.

Francisco Segura, subdirector del OIJ, comentó que aún no hay nuevas pistas ni detenidos en el caso de Llulisney. “Presumimos que fue un asalto. Estamos esperando el dictamen forense y de balística”, afirmó ayer.

Precisamente, la condición de estudiante es una de las más vulnerables para llegar a ser víctima de un homicidio.

Según otro informe elaborado por la Sección de Estadística del Poder Judicial, a 24 comerciantes, 23 taxistas formales e informales, 16 amas de casa y 13 estudiantes, les quitaron la vida en el 2007.

Entretanto, el OIJ detalla que del total de asesinatos del 2008, 110 fueron en San José y 48 en Limón. Por cantidad de habitantes la provincia caribeña tiene la mayor tasa de homicidios del país, con 21 por cada 100 mil personas.

Oficios peligrosos

Segura explicó que hay más vulnerabilidad en trabajos donde la persona tiene mucho contacto con desconocidos. “Este es el caso de los taxistas y comerciantes”, confirmó.

Añadió que los taxistas se arriesgan más cuando trabajan de noche y deben dar servicios a lugares peligrosos.

A criterio de Segura, los asaltos se han convertido en uno de los principales móviles de crímenes.

Sobre los estudiantes, el subdirector del OIJ afirmó que tienen algunas desventajas.

“Los delincuentes creen que los jóvenes pueden cargar con celulares, iPods y otros aparatos tecnológicos. Muchas veces se apegan a esos artículos, oponen resistencia y los matan ”, recalcó.

La violencia doméstica también es un punto crítico. Según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), este año al menos ocho mujeres han muerto a manos de sus compañeros sentimentales.

A cuidarse

Segura recomendó a los taxistas utilizar las cabinas que separan el asiento del conductor de los ocupantes. También reportar por radio a la cooperativa el sitio al que se dirigen y una breve descripción de los ocupantes.

José Torres, viceministro de Seguridad, manifestó que para toda persona lo más importante es no oponer resistencia ni tener armas de fuego.

Torres dijo que el Ministerio de Seguridad tiene un programa de prevención para transportistas y otro para comerciantes.

Se hizo el muerto para vivir

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Este taxista sobrevivió a un ataque. Róger Amoretty.

Reinier Acevedo, limonense de 40 años, sabe lo peligroso que es ser taxista o chofer de autobús. Lo han asaltado siete veces. Tres de ellas como taxista y en una le dispararon.

“Hace cinco años, yo era un principante con el taxi. Una madrugada me llevaron por la carretera a Cieneguita, para robarse el carro y me dispararon en tres ocasiones”, recordó.

“Me hice el muerto y los tipos se largaron. Desangrándome e inconsciente, me llevaron al hospital Tony Facio de Limón. No recuerdo más que eso”, dijo.

Acevedo expresó que labora como taxista para mantener a su familia y sobre todo para sacar adelanta a su hijo, a quien adora. Cree que lo que le ocurrió son “chispas del oficio” y se vale de Dios para continuar.

“Que Dios sea el que nos ayude cuando andamos en carretera”, finalizó.

Lo atacaron brutalmente para robarle

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Gerson Reyes conducía un taxi ese fatal día. Archivo.

Gerson Reyes, de 24 años, es policía en Heredia. La noche del 14 de junio pasado andaba el taxi de un conocido y vivió su peor pesadilla. Dos jóvenes lo abordaron en San Rafael de Heredia para pedirle un servicio. Lo condujeron a una calle solitaria y ahí lo asaltaron.

“Uno me agarró del cuello, el otro empezó a cortarme con el cuchillo y yo metía los brazos para que no me tocaran el estómago o la cabeza”, comentó.

A Gerson le produjeron heridas en la oreja, un labio, la frente, el estómago y los brazos.

Herido logró bajarse del taxi y correr, pero los jóvenes tomaron el taxi y lo atropellaron. “Me pasó por encima de una pierna. Tenía mucho dolor y fui a pedir ayuda a unas casas vecinas”, recordó.

Ahora cree que manejar taxi es más peligroso que ser policía.

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