EFE.- El “agua alta”, fenómeno con el que se conoce la crecida de la marea, volvió ayer a sumergir Venecia, al alcanzar los 156 centímetros, una altitud que no se registraba desde hace 22 años.
La romántica Venecia de recoletas callejuelas, típicos cafés y lugares de arte, se convirtió en una pesadilla para cientos de turistas y ciudadanos. Esto debido a que las abundantes lluvias de los últimos días y el fuerte viento del sur aumentaron el nivel de la marea.
Habitualmente las crecidas de agua no superan los 100 centímetros, un nivel al que los venecianos y visitantes están acostumbrados y que no crea graves problemas. Sin embargo, por encima del nivel citado el agua invade negocios y bajos de casas e iglesias y hace imposible circular por la “Serenissima”.
Los más atrevidos, muy pocos, o aquellos que se vieron obligados, se lanzaron a las calles con botas e impermeables, pero en general la ciudad apareció desierta y completamente anegada.
Incluso, durante la mañana las sirenas sonaron en la ciudad para advertir del peligro del agua.
El alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, comentó que la ciudad estaba prácticamente inundada y aconsejó a los ciudadanos moverse lo menos posible.
Horas después un milagro salvó a la ciudad, cuando de pronto el viento cambió de dirección y el agua se fue retirando de a poco.
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