Juan Villarreal
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Puntarenas. - En el pavimento, inmóvil, sin sentido, yacía el guatemalteco Guillermo Huinac, ante la desesperación del médico de la caravana, el salvadoreño, Eduardo Barillas Huezo, quien con su mano le daba palmadas en su rostro para que reaccionara.

“Vamos, vamos, vamos despierte, despierte, no se quede”, le repetía Moraga insistentemente.

De pronto la mueca de dolor al tocarle la clavícula del lado izquierdo fue evidente.

Cinco kilómetros después de meta volante en el cementerio de Cañas, Huinac había chocado con un compañero llevando la peor parte al caer al suelo fuertemente, golpearse su costado izquierdo y su rostro, en la tercera etapa de la edición 44 de la Vuelta Ciclista a Costa Rica ICE 2008, entre Liberia y Puntarenas.

Barillas, más tranquilo, empezó a entablillar su brazo, mientras los paramédicos lo preparaban para llevarlo en la ambulancia de la Cruz Roja al hospital Monseñor Sanabria en Puntarenas.

Aquí es donde estos hombres subidos demuestran todo su coraje, pundonor y valentía, pues Huinac saldría en la tarde del hospital con fuertes golpes y raspones.

Así se vivió el dramatismo de una jornada que tuvo de todo. Lluvia en los primeros kilómetros la caída de Huinac y más delante la de José Varela de ADOCI, un sol quemante y el triunfo con un sprint espectacular del dominicano Deivis Capellán, quien ganó con un tiempo de 3:03:00, derrotando en la propia línea de llegada al mexicano, José Aguirre y al cubano, Yasmani Martínez.

Marco Salas de Dos Pinos Coopenae logró mantener el liderato a pesar de que José Vega del IBP fue el líder transitorio, gracias a una “escapada” que protagonizó con el canadiense Phill Cortés.

Hoy será otra historia, el giro tomará hoy otro rumbo cuando se asome por primera vez la montaña entre Puntarenas y San Ana (113,7 km).“La montaña va a empezar a decidir quienes tienen opción de ganar la vuelta y estamos preparados para afrontar el reto”, dijo el bicampeón Henry Raabe.

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