Juan Diego Villarreal
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Oreamuno de Cartago. En Guápiles, el sábado, había rodado por el asfalto, al estallarse el tubular delantero de su bicicleta, un kilómetro antes de la meta.

Maltrecho, lleno de “chollones”, con su camiseta rota y con el hombro de su brazo izquierdo en carne viva, ingresó adolorido y con el orgullo por el suelo.

Pero ayer Marconi Durán demostró por qué es “la carta” del equipo Dos Pinos Coopenae para ganar la Vuelta, y actualmente es el líder de la montaña.

Durán dejó atrás el dolor, la mala fortuna del día anterior y en el sprint venció al líder Gregory Brenes en su tierra, Cartago, y le dio un aviso de que no se va a rendir hasta la última jornada.

Marconi triunfó tras un recorrido de 122 kilómetros entre Guápiles y Oreamuno, con un “crono” de 3:26:32, seguido a la rueda por Durán, mientras el también pizzero José Adrián Bonilla fue tercero a 12 segundos.

“Lo de la caída fueron circunstancias de la carrera, Dios sabrá por qué hace las cosas, pero igual nos recompensó con una victoria en una bonita etapa”, dijo Durán.

“Dios siempre nos cuida más, aún en etapas tan difíciles donde hay mucha montaña y tantos columpios en el camino”.

Y es que la competencia tuvo su punto máximo en los ascensos al Alto del Guayacán y al Alto de la Victoria, después de Turrialba.

El mexicano Jairo Pérez fue el primero en atacar al líder Brenes, aunque antes su compañero Carlos López emprendió una fuga, que lo tuvo con una diferencia hasta de cuatro minutos.

Al final Brenes y Bonilla contraatacaron, y los que pagaron las consecuencias fueron el cubano Arnold Alcolea y Federico Ramírez, quienes perdieron tiempo.

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