Lunes 29 de diciembre de 2008, San José, Costa Rica
Nacionales | Personal de emergencias de los hospitales
Sacrifican su fin de año para salvar muchas vidas
Aunque son fechas de fiesta, su trabajo no se detiene sirviendo a los demás
  • AlDia.cr
    Jóvenes médicos colocaron un marcapasos a una paciente adulta mayor que sufre insuficiencia cardíaca. Fotos de Esteban Dato.
  • AlDia.cr
    Schmitz, jefe de Emergencias (al fondo), destaca que el trabajo ahí es muy intenso casi en toda la jornada.
  • AlDia.cr
    La doctora Marianela Alvarado (centro) tiene 27 años, pasa bien ocupada.
  • AlDia.cr
    En la sala de “Shock” el significado de la vida es muy grande.
  • AlDia.cr
    Olivier Lizano trabaja en estas fechas en San Carlos. Edgar Chinchilla.
  • AlDia.cr
    Adrián López, de Puntarenas, es otro ejemplo de sacrificio. Rolando Avilés.

Alejandro Arley Vargas
aarley@aldia.co.cr

Sin la ficción y exageraciones de las series televisivas como “Grey’s Anatomy” o “E. R.”, vivir el fin de año en una sala de emergencias es una experiencia impactante y conmovedora.

No hay tiempo para las cenas de Navidad o Año Nuevo, a veces, ni para llamar a la casa. Los minutos se van en atender pacientes... en salvar vidas.

Son las 7 p.m. del 23 de diciembre. Llego al hospital San Juan de Dios. La noche pinta tranquila.

Gerald Schmitz, jefe de Emergencias, me recibe en la entrada.

De inmediato se retira para supervisar un procedimiento.

Camillas y sillas de ruedas van y vienen. Hay lamentos de los pacientes que, por falta de espacio, deben aguardar en el pasillo.

La joven doctora Marianela Alvarado, quien está por finalizar su internado, tendrá que trabajar el 31 de diciembre.

“Hay mucho que hacer y uno a veces no piensa en la fecha. El día a día es muy parecido”, comentó Alvarado.

En otro de los salones, Schmitz y varios médicos ponen un marcapasos intravenoso a una señora mayor que padece de insuficiencia cardíaca.

“Se hace una incisión cerca del hombro y se introduce el cable. La fuente del marcapasos queda por fuera”, explica el médico.

Extrañamente en el San Juan, la noche sigue tranquila; sin baleados, apuñalados o víctimas de accidentes de tránsito, como ocurre cada noche.

“El 31 de diciembre, cuando cenamos, siempre llegan uno o dos pacientes”, recuerda Clara Herrera, auxiliar de Enfermería.

Son las 9 p.m. y la sala de “Shock”, donde se atienden casos de vida o muerte, por fortuna sigue vacía. El ritmo permite a los médicos entregar regalos del Amigo Secreto.

Luis Diego Rodríguez, residente de cuarto año de Ortopedia, sabe que las cosas pueden cambiar en cualquier momento.

“Esta es una noche tranquila, pero de pronto se puede convertir en un caos. Ahorita estoy enyesando a un niño que se quebró jugando bola, pero luego puede ser un amputado que viene de un accidente”, cuenta Rodríguez.

El doctor, de 32 años, está acostumbrado a que en esta época de fiesta, hay que laborar.

“Uno no descansa. El domingo pasado, salimos de sala de Operaciones a las 5 a.m.”, añadió.

Son las 10 p.m. y todavía no llega una ambulancia. Adentro, pacientes reclaman atención. Esa noche, de seguro, la escena se repite en hospitales de todo el país.

Los doctores seguirán trabajando con la esperanza de dormir aunque sea una hora.

Publicidad
Publicidad
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2008. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.