Isaac Lobo
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Sus grandes caderas y su vientre plano y definido volvieron a encantar a la gente en “Bailando por un sueño”, como lo hizo unos años atrás en “El Chinamo”.

Susan Cerdas fue la compañera de baile de Edgar Silva y lo hizo ver muy bien.

Ella no sólo se movió libre, elástica, sino que dejó mudo, con su danza del vientre, al público del auditorio Marco Picado y a los fieles seguidores del “reality” televisivo.

¿Qué tal bailar con Edgar Silva?

Me gustó mucho porque no es arrítmico y facilitó que nos moviéramos más fácil.

¿Ya lo conocía?

Compartimos en el “El Chinamo”, cuando yo era una las bailarinas Sal Andrews. No eramos amigos, pero si conocidos.

¿Es estresado?

Sí se estresó, porque obviamente como él es periodista y no bailarín, a veces se sintió que los pasos no le salían.

¿Ahora todos envidian a Silva con esas palmaditas en el trasero que le dio?

Pues ¡diay! (risas), talvez, seguramente, fue parte del “show”.

Le dio como si fuera un tambor...

Eso no es un tambor es como un bombo.

Hizo la danza del vientre, ¿ya la sabía o practicó para esa ocasión?

Yo soy aficionada a ese baile, me encanta la danza del vientre. Fui yo quien propuse hacer eso y, a Edgar y al coreógrafo les encantó.

¿Qué parte de su cuerpo mueve mejor?

Pienso que el trasero y mis caderas, pero en realidad toda, porque soy como eléctrica.

¿Bailar bien le sirve en otras áreas?

Pues sí, (risas). Hay que saber moverse.

Usted fue la que le puse a Edgar “El Trompo” ¿le reclamó?

No fui yo, cuando llegó Laura Rodríguez yo le dije a ella: “parece un trompo”, fue una metáfora, no es lo mismo decirle “El Trompo”.

¿A quién le daría clases de baile privadas?

A Eduardo Verastegui, quien está muy guapo.

¿Se sintió descolada de El Chinamo?

Pues no, ¿qué voy a hacer?, son cambios de la producción.

Sus gustos

Susan es aficionada al cine, a pasarla bien con sus amigos, le encanta bailar en todo momento y de ir al gimnasio. Ella es madre de una pequeña y vive en Calle Blancos.