Kryssia Ortega
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Elegante, discreto y buenmozo hasta en la hora de partir, Paul Newman fue un hombre consecuente.

"Interpretó muchos papeles inolvidables. Pero de los que estaba más orgulloso nunca encabezaron el reparto en la marquesina: esposo leal, padre cariñoso, abuelo adorable, filántropo de gran dedicación", dijeron sus cinco hijas cuando comunicaron su dolorosa partida.

El cáncer logró llevárselo el pasado 27 de setiembre en su casa en Connecticut, dejando tras de si un recorrido por todos los papeles posibles en más de 80 películas.

Escandalosamente guapo, en esos largometrajes cortejó y besó a las mujeres más deseadas de Hollywood, como Liz Taylor, Sofía Loren, Eva Marie Saint y Elke Sommer. Trabajó a las órdenes de directores como Michael Curtiz, Otto Preminger, Alfred Hitchcock, John Huston, Robert Altman, Martín Scorsese o los hermanos Coen.

“Una de las virtudes más grandes que tuvo fue que no lo afectara su belleza profesionalmente hablando, en ese sentido, no era un actor que contrataban por bonito, sino por bueno, su belleza era un valor agregado; tomando en cuenta que en esa época tenia que competir con Marlon Brando o James Dean”, aseguró el crítico Erick Fallas.

Eterno aspirante al Óscar, Newman obtuvo uno honorífico por toda su carrera en 1986 y al año siguiente finalmente lo consiguió por su papel de viejo zorro del billar en "The color of money", para entonces tenía 61 años.

Su carrera comenzó en el teatro y, luego de estudiar interpretación en la Escuela de Arte Dramático de la Universidad de Yale y en el prestigioso Actors Studio de Nueva York, hizo su debut cinematográfico en "El cáliz de plata" en 1954.

“Creo que dentro de las películas más relevantes de Paul Newman están: ‘La gata en el tejado de zinc caliente’, ‘The Hustler, ‘El veredicto’, ‘El golpe’, ‘Butch Cassidy and the Sundance Kid’”, indicó Fallas.

Fue un apasionado por las carreras de autos tras su película “500 millas”, donde hacía el papel de un piloto de competición. Años más tarde creó su propio equipo y comenzó a competir. Su mayor éxito fue un segundo puesto en las 24 horas de Le Mans y, con 70 años, se convirtió en el piloto de mayor edad en formar parte de un equipo ganador en alta competición.

Esa no fue su única pasión, también lo cautivaba la cocina. Hasta puso en marcha una línea de productos de alimentación, “Newman’s Own”, especialmente dedicada a salsa para pasta y aliño para ensalada.

Para reírse de sí mismo, decía que lo avergonzaba que su cara fuera más conocida por aparecer en frascos de comida que por sus películas.

El éxito de su compañía lo hizo feliz, porque todos los beneficios estaban destinados a obras de caridad. Desde que la fundó, en 1982 pudo donar más de $100 millones.

La pérdida de su hijo Scott, por sobredosis, lo llevó a crear la Fundación Scott Newman, que ayuda a los jóvenes a salir del infierno de la droga y hace donaciones para financiar investigaciones científicas.

Además, creó campamentos de verano para niños con cáncer y un programa de televisión para menores hospitalizados.

Sus acciones lo delataban. Jamás fue una moda o un lujoso producto de mercadeo, Newman era más que un actor, era un género.

Las víctimas

El cáncer ha afectado a varios actores y celebridades, entre ellos:

Patrick Swayze

Christina Applegate

Sheryl Crowe

Lance Armstrong

No lograron sobrevivir:

Christopher Reeve

Bel Geddes (“Ellie Ewing” de “Dallas”)

Peter Jennings.