Edgar Fonseca

Un diputado, que no da la cara, le puso un cero a la comparecencia de uno de los aspirantes a Defensor de los Habitantes.

Ni más ni menos que a la del director del programa Estado de La Nación, don Miguel Gutiérrez Saxe.

Toda una obra de charlatanería legislativa.

“Este es un método torcido que expresa una voluntad torcida”, dice, con justa razón, don Miguel quien ya no quiere nada con el puesto en liza.

El episodio, uno más del tortuoso camino para suplir una tarea institucional, de importante incidencia en el acontecer ciudadano, deja patente el amañamiento que puede contaminar la designación.

No ha sido posible que las principales fracciones encuentren una figura de consenso; se impone la ley de la rebatiña, de la sacada de clavo y, como bien se queja el afectado, de deslegitimar el análisis de atestados, experiencia y el contacto con cada aspirante.

Una muestra palmaria de mejenga legislativa.

Esta irresponsable conducta en la misión de las instituciones merece la mayor sanción pública, como bien lo apunta la presidenta Bachelet de Chile.

Punto final- Quien gane los próximos comicios no tendría una sólida mayoría legislativa. Pinta para tres grandes bloques. Pedimos al cielo que lleguen las figuras más sensatas y probas y no charlatanes como el de la historia.