Madrid / DPA. “Enfermo, abatido y humillado”. Así vivió Ramón Calderón sus últimas horas como presidente del Real Madrid, según fuentes allegadas a él.

“Cometí errores, nunca irregularidades”, dijo, y “en ningún caso buscando mi beneficio”.

Calderón renunció a raíz de las acusaciones de que manipuló la votación, en una reciente asamblea del club merengue.

“Lo fácil es dimitir y abandonar, pero eso es de cobardes. Cuando eso ocurre es que hay algo que ocultar”, había dicho Calderón el miércoles.

Calderón vivió una semana de auténtica pesadilla. Todo arrancó el martes, cuando el diario “Marca” publicó que el presidente había manipulado una asamblea para sacar votos a su favor.

Todo fueron adversidades para el presidente, que se quedó sin fuerzas. Comenzó la semana con un virus que le produjo fiebre alta, que ni siquiera pudo disimular el miércoles, cuando sudó a mares durante una larguísima rueda de prensa, convocada para dar algunas explicaciones a los hechos denunciados.

A partir de ahí, las noches se fueron alargando.

“No ha dormido ni cinco horas en tres días”, afirmaron diversas fuentes. Su esposa Teresa le insistió que arrojara la toalla y Calderón, al fin, le hizo caso.