Lunes 19 de enero de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Fuerza Pública y Cruz Roja dejan la zona
Búsqueda llegó a su fin
Por recomendación de expertos que temen por la vida de rescatistas
  • AlDia.cr
    A la 1:30 p.m. de ayer, la desolación acompañaba el templo católico de Cinchona. Fotos Abelardo Fonseca.
  • AlDia.cr
    José Artavia (detrás del hombre con camisa con el logo de los Nets) y otros más vuelven a sus casas, en Cinchona.

Carlos Láscarez y Edgar Chinchilla, corresponsal
clascarez@aldia.co.cr

San Miguel de Sarapiquí. - La búsqueda de desaparecidos tras el terremoto, llegó a su fin, confirmó anoche Xinia Guerrero, geógrafa y oficial de enlace de la Comisión Nacional de Emergencias.

Por recomendación de geólogos y vulcanólogos de la Universidad de Costa Rica, que estudiaron la zona y concluyeron que las grietas –por longitud y profundidad– representan un peligro, los rescatistas saldrán del epicentro del terremoto a partir de hoy.

Entre las 9 a.m. y las 11 a.m. de hoy el subdirector del OIJ, Francisco Segura, se reunirá por separado con los familiares de los desaparecidos (cifra que se estableció en 7 después de descartarse la aparición de los cuerpos de un padre y su hija) para explicarles la decisión.

La reunión se llevaría a cabo en la escuela de San Miguel de Sarapiquí, Alajuela.

Vuelven a Cinchona

Desde ayer por la mañana, la posibilidad rescatar más cuerpos se veía difícil.

Los deslizamientos de los últimos días y las inclemencias del tiempo impedían la labor.

Y tras la apertura de una vía hacia Cinchona, algunos dejaron los albergues para ir a sus casas a buscar familiares o lo que quedó de sus pertenencias.

Entre las personas que ayer visitaron Cinchona estaba Javier Guzmán, cuñado de Rafael Ángel Murillo Sibaja, quien vivía en Cinchona.

“Veo bastante feo llegarle. Hace tres días aún se veía la casa, pero ahora cayó en un gran cañón. Es poco probable que demos con él (el cuerpo), por lo visto es muy peligroso. Solo se ve una lata de zinc a la distancia”, aseguró.

Agregó que Rafael Ángel era padre de dos varones, uno de ellos de 17 años. Este, al enterarse de lo ocurrido a su padre, sufrió un paro cardíaco. Tras ser atendido, regresó a uno de los albergues de Poasito, afirmó.

Durante un recorrido efectuado ayer en Cinchona por un equipo de Al Día, se constató la desolación y el horror vividos el jueves trasanterior, a la 1:21 p.m., por el terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter.

Algunos lugareños burlaron el paso restringido para internarse por potreros, a fin de llegar hasta lo que quedó de sus casas en Cinchona, entre ellos, José Artavia y sus nueve amigos que buscaban utensilios que les sirvan en los albergues.

“Quiero sacar la ‘refri’, la cocina y la lavadora para iniciar en otro lado. A pesar de que uno es el dueño de las cosas, insisten en no dejarnos, por lo que hay que buscar por dónde”, expresó, a dos kilómetros de llegar a su antigua vivienda, Amancio Astúa.

Buscan al verdulero

AlDia.cr
Reciben informes por el número 2465-0793. Edgar Chinchilla.

A 11 días del terremoto, Adolfo Segura Cárdenas de 78 años, el verdulero de Cinchona, no aparece, y sus familiares temen por su vida.

Hasta ayer, Segura no figuraba en la lista de desaparecidos, pero conforme pasaron las horas y los días, sus allegados comprendieron que algo malo pudo ocurrirle.

Ayer, dos de sus hijas, un yerno y un nieto, llevaron una fotografía al puesto de mando de los cuerpos de socorro de San Miguel de Sarapiquí, y lo reportaron.

Vivía allí desde hacía 50 años, en Cinchona, y tenía un terreno donde sembraba las verduras. El día del terremoto, la vivienda donde habitaba solo fue arrasada por una avalancha.

El tiempo se detuvo

AlDia.cr
En algunas casas hay platos con comida. Abelardo Fonseca.

Solo caminar unos metros y el panorama de desolación es palpable en lo que fue Cinchona.

Casas destruidas y animales, en su mayoría gallinas en busca de alguna migaja y terneros enfermos, es posible divisarlos en las fincas lecheras del otrora pueblo de Sarapiquí de Alajuela.

El templo católico sucumbió a la naturaleza; sus 10 bancas de madera quedaron desordenadas. Solo una imagen y el púlpito se mantienen en pie; los libros de oraciones yacen en el suelo.

Cada día, las grietas en la carretera se ensanchan, por lo cual se han habilitado caminos entre la montaña.

Publicidad
Publicidad
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.