Lunes 19 de enero de 2009, San José, Costa Rica
Ovación | Puntarenas 2 - Saprissa 1
“¡Están como muertos!”
Puntarenas hizo sufrir a un Saprissa que en el segundo tiempo fue un coladero
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    De barrida, Mario Camacho envía al fondo de las redes un centro que vino rastrero desde la derecha. Es el 1-0. Rolando Avilés
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    La defensa morada flaqueó en el segundo tiempo. Herbert Arley
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    Arrieta echó mano a todo, pero no pudo. Herbert Arley
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    Centeno se esforzó y anotó... no le bastó. Herbert Arley
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    Mario Camacho estuvo atento, sacó ventaja con su fuerza y anotó en los únicos dos remates directos de Puntarenas.
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    La defensa morada fue débil por el centro.

Milton Montenegro
mimontenegro@aldia.co.cr

En la olla mágica y con una alta temperatura, los porteños cocinaron la remolacha. Los del Pacífico pusieron su cocina en “high” y en dos minutos sazonaron a los morados, otra vez derrotados en el Lito Pérez.

No pudo Saprissa con el empuje de Mario Camacho, quien se lució al anotar los dos goles. No pudo la “S” con las llegadas por los costados de los porteños y no pudo con el fuerte calor.

“Están ahogados”, decían algunos aficionados en las graderías y quizás con razón, porque los tibaseños se cayeron en el segundo tiempo. Fueron superiores en el primer periodo, estrellaron un par de balones en los postes, pero no tuvieron la fuerza para reaccionar ante los tantos de Mario Camacho.

“¡Están como muertos!”, gritó otra señora cuando cayó el segundo gol chuchequero. Ella lo festejó a más no poder, gritó dejando ver sus pocos dientes.

Y es que razón tenía la señora y todos los porteños en festejar, en bailar al ritmo de la comparsa, que no dejó de apoyar a su equipo, porque Saprissa fue mejor en la parte inicial, pero se ajustó a aquello que suelen decir los entrenadores: “en el fútbol, el que no los hace, ve cómo se los hacen”.

Los tibaseños tuvieron tres ocasiones claras para sacudir las redes, no lo hicieron y en dos minutos Camacho los cocinó.

El “Pelón” porteño se aprovechó de la pasividad de la zaga morada, del talón de Aquiles saprissista: por el centro es vulnerable, a veces fácil de penetrar.

“La diferencia fue que fallamos en la definición”, dijo Jeaustin Campos, quien consideró que debieron anotar y no lo hicieron, pero su equipo también falló en la retaguardia, aunque él cree que el mal mayor fue no anotar.

Jeaustin buscó cubrir un yerro fatal, la pasividad en la marca. Saprissa arrastra ese mal desde hace varias temporadas.

 

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