Lázaro Malvarez
Periodista

Boxeador olímpico, campeón mundial, comisionado, escritor, periodista, verdadero caballero y sonriente hombre de pueblo, que estuvo en la cárcel por defender los intereses de Puerto Rico. Así describen a José Luis Chegüi Torres, quien desde el pasado 19 de enero descansa en paz.

La muerte de este hombre del pugilismo le sobrevino de manera repentina a los 72 años, en su Ponce natal.

Los amantes del boxeo disfrutábamos de los comentarios de Torres, provenientes de un especialista de primera, que como profesional acumuló 41 victorias, un empate y tres fracasos, solo uno de ellos por nocaut.

Uno de los más finos embajadores del deporte, Chegüi se retiró en 1969 con todas sus facultades intactas y emprendió carrera como escritor, activista político y líder cívico. En el año 2000 estuvo en la cárcel por oponerse a la presencia de la Marina de Guerra estadounidense en la isla de Vieques.

También fue asesor para asuntos latinoamericanos de Robert Kennedy y su asesinato, en 1968, marcó profunda huella en la vida de Torres, que se mantuvo alejado varios años de la política.

En su faceta de escritor abordó aspectos sicológicos del pugilismo, escribió una biografía sobre su amigo, Muhammad Alí, y el “best seller”, “Fuego y Miedo”, sobre la vida de Mike Tyson.

Grande en sus triunfos y humilde en sus pocas derrotas, Torres llegó a la cima tras vencer por nocaut al estadounidense Willie Pastrano en las 175 libras y siempre tuvo palabras de elogio para su vencedor en los Juegos Olímpicos de Melbourne 56, el húngaro László Papp.

En Ponce lo lloran por su don de gente y porque tras vivir varias décadas en Nueva York, volvió para morir en la tierra que lo vio nacer.