Rolando Avilés, corresponsal
Rodolfo Martín
rmartin@aldia.co.cr

Esparza, Puntarenas. - Tres sospechosos de robar ¢4 millones de una casa, fueron capturados por la Policía, tras una intensa persecución entre Esparza de Puntarenas y San Ramón de Alajuela.

Tras la alerta, al menos 50 oficiales de la Fuerza Pública lograron apresar a los supuestos delincuentes, confirmó el comisionado Juan José Andrade.

“¡Todo el mundo al suelo! ¡Repito, todo el mundo al suelo! ¡El que se mueve lo matamos!”, con esas amenazas tres hombres irrumpieron ayer de manera violenta y sorpresiva en la casa de Eladio Peña Sánchez, un vecino de Esparza de Puntarenas.

Así lo recordó su hijo Bryan, una de la siete personas que permanecían en la vivienda.

“¡Lléveme donde está la plata!”, le gritó uno de los sujetos a don Eladio, al mismo tiempo que lo empujaba hacia el cuarto principal de la casa.

Los otros dos, de manera simultánea, le apuntaban al resto de la familia que estaba en la sala, expresó Andrade.

Bryan explicó que su papá es dueño de una agencia de estibadores y que, al momento del atraco, se disponía a salir de la casa para ir a pagar la planilla de sus trabajadores.

Los delincuentes, minutos antes, habían rondado la vivienda varias veces en un “pickup” color gris.

En ese mismo vehículo huyeron pero casi, de manera inmediata, la Fuerza Pública de Esparza desplegó un gran operativo con oficiales de su delegación, más otras cercanas como San Ramón y Naranjo.

Los sospechosos, cuyas identidades ayer al cierre de la presente edición aún no estaban plenamente confirmadas, huyeron con rumbo hacia Alajuela.

Al ver que eran perseguidos intentaron esconderse en El Empalme de San Ramón, pero el conductor del vehículo se volcó al perder el control del volante en una curva.

Inmediatamente, dejaron el “pickup” y se internaron por una zona relativamente montañosa.

Ahí la persecución policial fue aún más intensa y poco después fueron detenidos.

Gran susto

Braulio
Sánchez.

Braulio Sánchez, Vecino.

Me llevé el susto de la vida. Los policías me salieron de pronto y me apuntaron al confundirme con uno de los maleantes”.

Silvia Castañeda, Pariente.

Es extraño cómo los ladrones llegaron directo hasta donde estaba el dinero. Gracias a Dios nadie murió esta vez”.