Allan Andino e Isaac Lobo
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Como el título del último disco de Calle 13, miles dijeron ayer: “Los de atrás vienen conmigo”, pues el campo ferial estaba a reventar a donde se viera, en el cierre de las fiestas de Palmares.

Los fanáticos de este grupo puertorriqueño llegaron a la cita de los “callejeros”, quienes lograron encender los ánimos del gentío que los esperaba desde horas de la mañana. A nadie le importó que el sol amenazara con derretir los ánimos.

No hubo problema con el astro rey, aquí todos estaban muy bien hidratados.

El grupo saltó al escenario a las 2 p.m. con su característica energía y la voz de su cantante “Residente”.

Él accionó su ametralladora de versos con el tema “No hay nadie como tú”.

Como dicta la tradición, los ticos dejamos todo para último y fue hasta ayer que se vio un llenazo. De 30 a 35 mil almas llegaron a la última pachanga palmareña.

De inmediato sonaron algunos de sus temas ya conocidos como: “La cumbia de los aburridos”, “Se vale to-to” y “Chulin Chulin Chunfly”. Tampoco faltaron los nuevos.

Varias fueron las atrevidas que subieron a bailar a la tarima junto a “Residente”. Una de ellas aprovechó para moverse al son de “Un beso de desayuno”.

Como si fuera poco, la banda aprovechó para incorporar el “electro-movimiento”, que no es más que la combinación del rap, hip-hop, reggaetón y electrónica.

Retando su ritmo cardíaco y con una habilidad tremenda para cantar, René se metió a camerinos con el “Tango del pecado”.

El grito de la moda este domingo eran los descamisados, los pantaloncillos ajustados, lentes oscuros y las tenis en todos los colores y estilos.

La seguridad se anotó un punto, pues había cinco anillos de seguridad a la redonda, que dejaron en extinción cualquier cosa que pareciera una hielera.

Mientras los menores de edad se paraban de puntillas para ver desde fuera del área de conciertos, los más grandes compraban la “aguilita” a ¢700.

La cuota de talento nacional también pasó por el escenario fiestero este domingo.

Bueno y malo

Lo bueno: hubo un fuerte operativo para evitar que se ingresaran hieleras y que menores de edad consumieran alcohol. La puntualidad del concierto.

Lo malo: que lamentablemente se vieron muchas riñas durante el concierto y la policía no apareció en el momento oportuno.