Isaac Lobo
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Si toma, no maneje. Esa fue la consigna ayer de cientos de conductores que dejaron sus vehículos en la cochera y se fueron a Palmares en buseta, para disfrutar de las fiestas y del concierto de Calle 13.
Desde las 8 a.m., estos vehículos cargados de jóvenes iban rumbo a la ciudad alajuelense, llenando la carretera de gritos, música reggaetón y bailes.
Parecían bares rodantes, porque iban bien equipados con hieleras y todo tipo de bebidas, no importaba que apenas eran las 9 a.m. De fijo más de uno llegó “alegrón” al campo ferial.
Por ejemplo, el chofer Guillermo Quirós llevó a un grupo de 25 jóvenes de San Pedro de Poás.
“A ellos les sale muy bien, porque no tienen que manejar, sólo se preocupan por divertirse. Yo los dejo, los espero y en la noche me los llevo de regreso por tan sólo ¢4 mil por cabeza”, dijo Quirós, quien hizo ¢100 mil.
Esa fue la tónica de la mañana, mientras que en el peaje de Naranjo se realizaba un intenso operativo de tránsito.
“No hemos detectado choferes borrachos, la mayoría se vino en buseta o con chofer designado. Podemos decir que la nueva ley ha sido muy efectiva”, comentó el tráfico Juan José Rodríguez.
La mayoría de los partes que se hicieron fueron por el polarizado de los vehículos y por alteraciones en la mufla que producían ruido excesivo.
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