Washington / DPA.- La policía detuvo a un niño de 11 años en un colegio de la localidad de Wampun, en el estado estadounidense de Pennsylvania, bajo la sospecha de haber asesinado a tiros a la novia de su padre.

El suceso de sangre todavía es más vil por el hecho de que la mujer estaba en el octavo mes de embarazo, según informó la cadena de noticias CNN.

El crimen fue descubierto por la hija de cuatro años de la víctima, según las informaciones, ella fue quien le avisó a unos jardineros que trabajaban cerca de la casa. Otra hija de la mujer, de siete años, apuntó después al hijo del novio de su madre, como sospechoso del homicidio.

La policía indicó que el niño habría matado a Kenzie Houk, de 26 años, posiblemente por los celos que sentía de su futuro hermanastro, a la que disparó con una escopeta mientras dormía.

El arma usada pertenecía al pequeño de nombre Jordan Anthony Brown.

Las leyes estadounidenses autorizan que el tipo de arma empleada en el crimen, sea utilizada por menores de edad para la caza. El padre, identificado como Chris Brown, estaba trabajando en ese momento y actualmente se encuentra en estado de “shock”.

“Es trágico. Estaban a punto de casarse. El chico estaba celoso”, explicó un familiar. “Chris le dedicaba mucha atención a su novia Kenzie y al futuro bebé porque se acercaba el parto. El niño se sentía muy enojado por esto”.

El menor fue llevado a una celda de la prisión local.

“Uno no piensa ni siquiera en pesadillas en acusar a un niño de 11 años por asesinato”, dijo el fiscal del distrito, John Bongivengo, según difundió la cadena de norteamericana. En el caso, agregó Bongivengo, no hay hasta ahora indicios de maltrato o abuso infantil.

Las leyes del estado de Pennsylvania prevén además, que todo acusado de homicidio sea juzgado como un adulto a partir de los 10 años.

En caso de ser encontrado culpable, el menor podría ser condenado a cadena perpetua.