Alejandro Arley Vargas
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Siendo un niño muy pequeño, desapareció una moneda de las manos frente a su madre. Más de 50 años después, deslumbra a miles de personas con ilusiones fuera de serie en el circo.
Richard Massone, director de Tihany Espectacular desde hace 10 años, ha dedicado su vida entera a volver posible lo imposible.
En medio de la función de ayer, el mago argentino sacó unos minutos para conversar con Al Día.
¿Cuándo empezó en el mundo de la magia?
Muy pequeño, de unos cuatro años. La magia siempre estuvo cerca de mí; fue algo espontáneo.
¿Con qué hacía trucos?
Con monedas, vasos y bolitas.
Su familia ¿se asombró?
Sí, de hecho pasé a ser el centro de atención en las fiestas familiares y mi mamá me hizo una capa de mago con un trozo de terciopelo.
¿Cómo llegó al Tihany?
En 1981, yo trabaja en Brasil y el señor Tihany (Franz Czeisler) me pidió que lo reemplazara dos semanas porque iba de viaje. Desde los 12 años, cuando vi el espectáculo del Tihany, mi sueño era trabajar ahí, así que esos 15 días se convirtieron en casi 30 años.
¿Es casado? ¿Tiene hijos?
No. Tengo un noviazgo eterno con el circo (ríe).
¿Alguna anécdota graciosa con el público?
Los niños son muy espontáneos. Hoy (ayer) pedí un voluntario de seis años y llegó un niño más grande. Se acercó y me dijo: “Es que crecí muy rápido”.
¿Qué cosas no se pueden hacer con la magia?
Lo que solo los humanos somos capaces de hacer, como llevar la paz al mundo o ser solidarios.
Si pudiera desaparecer algo del mundo, ¿qué sería?
La injusticia.
¿Es dura la vida del circo?
La verdad, no. Este es un gran circo con posibilidades económicas distintas a la de muchos. Hay calidad de vida, grandes talentos y contacto con muchas culturas. Esto me ocupa demasiado tiempo porque debo velar porque todo esté caminando bien.
Hay artistas de 23 nacionalidades en el Tihany, ¿cuántos idiomas habla?
Hablamos en español, inglés, un poco de ruso y portugués. Es muy interesante.
¿Ha trabajado en algo que no sea el circo?
Fui maestro de primaria, pero no me fue muy bien. Le hacía muchos trucos a los niños y no les enseñaba lo demás.
¿Qué es lo mejor de ser mago, además de rodearse de mujeres tan bellas?
Ver las caritas de asombro de los niños y ver cómo los adultos dejan salir el niño que llevan por dentro.
Lo mejor de Costa Rica es...
Su gente. Es un pueblo educado, respetuoso, cariñoso y con progreso. He venido tres veces. Me encantan las aguas termales y las playas de Guanacaste.
Al espejo
Un libro: “El Principito”.
Una película: El ilusionista.
Una pasión: La magia.
Un dolor: Los niños pobres.
Una alegría: Mi familia.
Un deporte: El circo.
Una afición: Buscar el bienestar de la compañía.
Una meta: Hacer que los niños y adultos se asombren, que vivan la fantasía.
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