Isaac Lobo
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Ana Lucía Vega ahora parece una avispa, pues aunque mucha gente creyó que no era necesario, ella decidió quitarse los “rollitos” de la cintura y hacerse una lipoescultura.
Cuando nadie creía que ella podría estar mejor, fue el lunes a la clínica del doctor Gabriel Peralta y se quitó esa grasita de más.
“Yo soy defensora 100 por ciento del ejercicio, tengo como entrenador personal a Gustavo Gil. Para nadie es un secreto que estaba rellenita y a punta de gimnasio bajé de peso, pero sí me hacía falta un retoque extra que solo se puede lograr con cirugía”, explicó la presentadora de “Sábado Feliz”.
A la modelo ya la habían operado antes cuando se puso implantes de seno.
“Al principio el doctor me dijo que no me hacía falta, pero yo lo convencí. Ahora estoy muy satisfecha y más bien me he motivado más para hacer ejercicio”, comenta Vega.
En cuanto a si está obsesionada con verse perfecta comenta que no.
“Aunque esto fue por pura y mera vanidad, no estoy obsesionada con mi figura. Por ejemplo, no me tocaría nunca la cara ”, asegura Ana Lucía.
La intervención no fue convencional, como la mayoría de las lipoesculturas.
“Generalmente se dura unas dos horas, pero el médico tardó nueve porque me la hizo con mucho cuidado”, explica.
Vega debe andar con una faja especial, le recomendaron guardar reposo y no hacer ejercicio hasta la próxima semana.
Este sábado la veremos en “Sábado Feliz”. “En seis años y medio solo he faltado una vez, porque estaba muy enferma”.
En su casa, su mamá y su hermana la están “chineando” mucho, porque no tiene novio que la acurruque.
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