Réiner Montero, corresponsal y Rodolfo Martín
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Limón. - La tranquilidad que había ayer en la madrugada en una alejada finca bananera de Guácimo se vio interrumpida por dos escopetazos que acabaron con la vida de un vigilante de 54 años que hacía su ronda de rutina.

“¡Ayúdenme... por favor, ayúdenme... llamen a la Cruz Roja, llamen a la Policía”, expresó angustiado Víctor Campos Elizondo cuando llegaron los primeros vecinos para socorrerlo.

La escena ocurrió en la finca Lomas, en el pueblo de Los Ángeles, a 20 kilómetros de Guácimo.

Campos estaba agachado en medio de un gran charco de sangre. Cuando llegaron los cruzrojistas, quiso incorporarse pero le recomendaron no hacerlo.

El hombre presentaba una gran herida en su pierna izquierda y otras más pequeñas en el abdomen, al parecer, provocadas por una escopeta.

La alerta se dio a la 1:50 a.m., según registros de la Cruz Roja.

Campos, oriundo de Miramar de Puntarenas, fue sorprendido mientras hacía su acostumbrada ronda alrededor de las oficinas y la planta empacadora de la finca, según informes suministrados por la Fuerza Pública.

Al parecer, antes de morir, el guarda denunció que cerca de la bodega de los fertilizantes, dos sujetos lo emboscaron. Uno llevaba máscara y el otro pasamontañas.

Al vigilante no le robaron nada. Portaba la billetera, el celular, el foco, el reloj y el revólver. Campos deja una viuda y tenía 15 años de trabajar para la compañía.

“El paciente sufrió un paro cardiorespiratorio a raíz, provocado por la gran cantidad de sangre que perdió”, comentó el paramédico Ronald Brenes.

La víctima

Víctor Campos

Edad: 54 años

Así lo veo

Ronald Brenes, paramédico

El paciente sufrió un paro cardiorespiratorio a raíz, de un schock causado por la gran cantidad de sangre que perdió”

Kathya Castillo, policía

Al llegar lo primero que percibí fue que el guarda se quejaba constantemente por el gran dolor que sentía en su pierna”.