Carlos Láscarez S.
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Cuatro karatecas de apellidos Espinoza, Luque y dos hermanos de apellido Alvarado, son juzgados en el Tribunal de Juicio de Pavas, como sospechosos de presunta violación y abuso de una joven, durante una “barra libre” en el año 2004, en Escazú.

Los hechos, según las autoridades, ocurrieron la madrugada del 12 de diciembre del 2004 fuera de un bar en Santa Ana.

Según información judicial, uno de los imputados de apellido Alvarado, alias “Gato”, supuestamente aprovechó que la joven estaba tomada y se cayó mientras se dirigía hacia el baño, para llevarla hasta un parqueo, donde estaba estacionado un carro al que habían llegado los cuatro amigos.

Alvarado, según las autoridades, habría aprovechado el estado de la joven para supuestamente violarla, mientras que los otros tres hombres se ubicaron dentro y fuera del vehículo.

La víctima fue trasladada al Hospital Cima, donde un médico forense confirmó las serias y severas lesiones producidas durante el ataque.

En su declaración, Alvarado aseguró ayer al tribunal que Luque nunca tuvo relaciones con la ofendida y que él nunca le puso un dedo encima. Por lo ocurrido dijo que ha perdido varios trabajos.

A las 2 p.m. declaró otro imputado de apellido Espinoza, especialista en karate Kyokushin (de contacto pleno) y excorredor de bolsa, quien confirmó que la joven fue sacada del vehículo por un agente de seguridad privada de apellido Romero.

Agregó que minutos después la hallaron durmiendo en el carro con uno de los Alvarado.

“Rechazo los cargos que pesan sobre mí. No hice nada. A ella la vieron bailando con él”, dijo Espinoza. Recordó que en una conversación posterior en el carro, Alvarado les dijo que no había usado protección, aseguró.