Esteban Rojas Sáurez
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Valeska Martínez, de Santa Ana, es parte de los miles de conductores que quedan atrapados más de dos horas en las presas que se forman en la autopista Próspero Fernández.

“Cómo es posible que por las mañanas se tarde un hora del centro de Santa Ana al hospital Cima”, comentó Martínez.

Desde el lunes anterior, transitar por esa pista se ha vuelto un calvario debido a la reducción en la cantidad de carriles, mientras se coloca el asfalto en la nueva carretera que conduce a Caldera.

La ministra de Obras Públicas y Transportes, Karla González, confirmó que en los últimos tres días se duplicó el congestionamiento.

En el tramo que va del Gimnasio Nacional a Escazú solo funcionan dos carriles de ida y dos de regreso.

“Esperamos terminar los trabajos este fin de semana para abrir los carriles. Estamos trabajando de noche y de día”, indicó la ministra González.

Por esta autopista circulan diariamente, en promedio, 24 mil vehículos.

El subdirector de Tránsito, Huanelge Gutiérrez, indicó ayer que en la Próspero hay apostados entre seis y ocho oficiales durante todo el día.

José Pablo Sáenz, director técnico de Autopistas del Sol, indicó que cuentan con un plan para el manejo del tránsito que se presenta ante el Consejo Nacional de Concesiones y la Policía de Tránsito en forma semanal, acompañado de un detalle de las labores que se deben realizar.

Durante este fin de semana, la compañía concesionaria comenzará la colocación de la tercera y última capa de pavimento en el sector comprendido entre La Sabana y El Cacique (puente ubicado frente al MAG).