Herbert Arley
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El terremoto de 1888 que sacudió las provincias de Alajuela, Heredia y San José provocó inevitablemente la caída de una de las torres de la Catedral Metropolitana, cuya consecuencia fue la destrucción del primer órgano que tuvo ese templo.

El obispo de aquel entonces, Bernardo Augusto Thiel, no lo pensó dos veces para gestionar la compra de un nuevo instrumento, el cual fue traído de Alemania en 1890.

Es de gran tamaño (mide cuatro metros de ancho por siete de alto) y tiene un sonido incomparable, ya que a sus 118 años de edad, posee diversas opciones de tonalidades.

En los últimos seis años estuvo sin uso por su mal estado, pero cuando decidieron repararlo, requirieron los servicios de un organista alemán, quien lo tuvo listo en diciembre del año pasado.

La reinauguración del órgano se realizó en la misa celebrada en honor a la virgen de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre del 2008.

Hoy es posible escuchar su hermoso sonido todos los domingos en las eucaristías y en los días de festividad.