Estados Unidos/AFP.- Afirma ser el club que más está creciendo en número de socios y para ingresar sólo es necesario haberse quedado sin trabajo.

Se llama el Club 405, en referencia al máximo de $405 semanales que se paga a los desempleados de Nueva York y es una de las tantas iniciativas que florecieron a través de Internet para ayudar a las víctimas de la crisis.

El cofundador es un colombiano de 31 años, José González, que organizó esta semana la primera reunión en un bar de la ciudad y asegura que la propuesta está destinada a dar ánimo a aquellos que perdieron su trabajo.

“Es estresante. Uno sabe que hay pocos trabajos disponibles”, comenta González, despedido en enero de su lucrativa posición en el sector financiero y que ahora se adapta a vivir con mucho menos dinero.

El sitio web The405club.com ofrece consejos útiles para aquellos que se encuentran en esa situación. Desde la forma de tramitar sus beneficios, la manera de gastar menos y cómo no cometer errores en entrevistas de trabajo.

Muchos de los neoyorquinos desempleados no son víctimas de industrias que desaparecen o que dejan de ser rentables, sino jóvenes empleados en el sector financiero o del entretenimiento.

Ante la crisis económica

The405Club.com es sólo un ejemplo entre muchos sitios que han proliferado en Nueva York desde que comenzó la recesión. Otro grupo es el Pink Slips Are The New Black (“Los desocupados están de moda”) que proclama: “estamos en quiebra, furiosos... igual que usted”.

Los nuevos miembros del Club 405 dicen que participar en blogs y compartir datos y consejos sobre cómo vivir con poco dinero o cómo buscar trabajo, levanta el ánimo además de ser muy útil.

Hasta hace pocas semanas, el colombiano González llevaba la típica vida del financista, con reuniones, fiestas y viajes. “Trabajábamos duro, ganábamos mucho y nuestro jefe era generoso”, dice.

Se acababa de casar y de luna de miel había ido a un safari en África cuando empezaron las malas noticias. Su mujer conservó su empleo en el sector de la comunicación y con los cheques de $405 tienen suficiente para sobrevivir.

Pero la implosión de Wall Street significa que el futuro de González es incierto y el estímulo diario de su trabajo es una costumbre que echa de menos. “Saber que uno puede dormir todo el día es horrible”, agrega.

Otra que cayó desde muy alto es Courtney Adams. A los 28 años, perdió su trabajo en la empresa Epic Records de Sony y a su novio también lo echaron de una compañía farmacéutica.

“Conozco banqueros, gente en la industria musical o del entretenimiento, consultores. Uno de mis mejores amigos estaba en las finanzas y también perdió su empleo”, cuenta Adams. Todos afirman que encontrar un nuevo trabajo es casi imposible.

Sin embargo, tratan de ingeniárselas. “La gente más creativa es la única que logra sobrevivir”, agrega Yvonne Fitzner, la decana del club, de 66 años. Ella no consigue trabajo desde el 2006.