Esteban Rojas Sáurez
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Con 100 años de antigüedad, Chelles es un punto de referencia y reunión en la capital. Sus emparedados tipo lápiz y sus arreglados hacen que su fama llegue a todos los rincones del país. Una las dueñas de la soda, Marjorie Blanco, asegura que Dios les puso el local en las manos a ella y a su socia. Ella no para de correr de un lado a otro del local, atendiendo a los clientes, que llegan a toda hora.
¿Cómo llega Chelles a sus manos?
En el 2005 se quemó el local de al lado y eso nos afectó un poco. En ese momento, los tres socios que eran los propietarios decidieron cerrar el local. Entonces una compañera y yo les propusimos que nos lo dejaran…
¿Chelles iba a desaparecer?
Sí, pero nosotras insistimos en sacarlo adelante y ellos nos lo dejaron a tres socias, una se fue y quedamos Eida Torres y yo.
¿Tuvieron que hacerle frente al negocio?
Al negocio, a las deudas y a 12 empleados.
Son 100 años de tradición.
Acabamos de cumplir 100 años. Este es un lugar muy conocido y de mucha calidad.
¿Quiénes fueron los primeros dueños?
La verdad no tengo idea. Yo tengo 25 años de trabajar en Chelles y el antiguo dueño era un español, que se lo vendió a tres socios y ellos nos lo regalaron por la misericordia de Dios. Él nos lo puso en las manos.
¿Cómo llegó usted a Chelles?
Dicen que lo que bien se aprende nunca se olvida. Mi madre laboró aquí y era muy trabajadora. Cuando yo vine a pedirle una oportunidad, el dueño me dijo: “sos igual a tu madre” y me la dio.
¿La crisis está afectando el negocio?
Hablan de crisis, pero en Chelles el negocito se mantiene gracias a Dios, sobre todo por la calidad.
¿Qué es lo que más vende?
Los sándwiches y los arreglados, vendemos solo calidad. También tenemos casados, gallo pinto y lo tradicional.
¿Cuál es el secreto?
Compramos la mano de piedra cruda y la cocinamos, después la hacemos en tajadas para preparar los sándwiches.
¿Y los clientes?
Algunos vienen todos los días. Es un lugar muy concurrido, porque estamos abiertos las 24 horas.
¿Qué tan difícil es tenerlo abierto todo el día?
Es un reto para la vida de uno, porque hay días que son buenos, otros que son malos, pero siempre se mantiene. Los fines de semana es cuando más gente llega.
¿Cuándo cierran?
Solo jueves y viernes Santo no abrimos, al igual que el 25 de diciembre y el 1 de enero. Ya esto es una tradición de Chelles.
¿Cuáles personalidades han llegado a comer?
Aquí hemos atendido a mucha gente, por ejemplo, René Picado y José Miguel Corrales; llegan muchos escritores, abogados y nos visita gente selecta. También vienen otros a los que no los dejamos entrar y no les vendemos.
¿Cómo logra combinar un negocio con la familia?
Esto le absorbe a uno mucho tiempo y queda poco para compartir con la familia y con los amigos, pero sí se logra sacar el tiempo para ellos y repartirlo bien.
Copropietaria
Marjorie Blanco Zúñiga
Chelles: 25 años de trabajar en la cafetería.
Hijos: tres hijos y tres nietos.
Dato: Junto a su socia, Eida Torres, mantiene viva una de las esquinas más tradicionales de San José.
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