Patricia Recio
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Verdaderas reliquias de “ valor incalculable” (para sus dueños) llegaron ayer al autódromo La Guácima, para hacer gala de carrocerías de lujo y motores poderosos intactos.
Un Buggy de hace 50 años, que corrió como un bólido de Fórmula 1, o un lujoso Ford Victoria de 1953, fueron fiel prueba de que los fanáticos de este costoso hobbie hacen cualquier cosa por mantener a sus “joyitas” en el mejor estado.
Orlando Segura fue uno de los que ayer, con orgullo, mostró su Ford Mustang de 1966, el cual chinea desde hace 25 años.
Muchos de los fiebres aprovecharon la pista del autódromo para poner a rugir sus máquinas, “a lo que dieran”, con el propósito de exhibir el buen estado en que se conservan estos “viejitos de lujo”, por lo que se pactaron heats de cuatro vueltas en categorías como Volkswagen y Porsches, centroamericanos y deportivos.
La exhibición de los autos se mantendrá hoy todo el día en el tercer piso de Multiplaza Escazú.
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