Eduardo López y Rafael Montealegre
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Anoche se encendieron los semáforos de salida en Alberta Park, en Melbourne, Australia.

Al cierre de edición inició el campeonato mundial 2009 de Fórmula Uno, donde 20 pilotos de 10 equipos dieron 58 vueltas.

¿Favoritos para ganar el Mundial? No hay.

Ferrari y MacLaren siempre cuentan, pero esta nueva temporada los cambios en la reglamentación son los verdaderos protagonistas: se abre la posibilidad de usar llantas lisas, o sin diseño en la banda de rodamiento, conocidas como “Slicks”, con más adherencia. Y permiten acelerar a velocidades mayores en las curvas.

El control de la aerodinámica es mayor este año, el chasis de los Fórmula Uno no podrá tener accesorios como alas pequeñas conductoras del aire, adheridas al cuerpo principal del auto.

Se incorpora en cambio un alerón delantero ajustable por el piloto en plena carrera (desde 1969 esto no era permitido).

Los cambios en la aerodinámica, junto con el uso de los neumáticos Slicks y el KERS (Kinetic Energy Recovery Systems, por sus siglas en inglés, o sistema de recuperación de energía kinética), exige más de los pilotos, y menos ayuda de la tecnología, regresando en cierta manera a los tiempos de Ayrton Senna, Alain Prost y a los inicios del mismo Michael Schumacher.

Esto podría beneficiar a pilotos veloces como el piloto español Fernando Alonso, quien ha declarado que el KERS funciona perfecto en su Renault R29 y está ansioso de tocar la pista.

El KERS es una batería eléctrica que almacena energía en cada frenada y luego la entrega al piloto, dando hasta 85 caballos más de potencia, pero solo es permitido hacerlo durante 6.6 segundos por vuelta. Aquellos equipos que decidan no usar este sistema, tendrán que cargarle lastre o peso al carro, equivalente al peso de las baterías del KERS.

En las pruebas de Jerez, España, hace dos semanas, el campeón mundial Lewis Hamilton fue el último en los tiempos, y admite que tiene serios problemas de conducción del auto, con la adaptación de pesos de este sistema.