Carlos Láscarez S.
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El jefe de la Fuerza Pública de Tibás, de apellido Hernández, fue liberado y por el momento se mantiene en su puesto, luego de que lo detuvieron la noche del martes cuando se movilizaba en un carro robado.

El Juzgado de Turno Extraordinario de San José también dejó libre al subalterno, un oficial de apellido Valerio, por no encontrar elementos de prueba para considerarlo como partícipe en el delito de receptación.

La Fiscalía de Robo de Vehículos había solicitado tres meses de prisión preventiva contra los sospechosos, quienes fueron arrestados cuando viajaban a bordo de un Ford 85 robado en Moravia.

El director de la Fuerza Pública, Érick Lacayo, afirmó ayer que contra Hernández continúa el proceso administrativo y que van a analizar la documentación que aporte el Ministerio Público.

“Analizaremos si se le suspende, si se le dan vacaciones o traslada de ese puesto a otra jefatura”, aseguró Lacayo.

Comentó que Hernández se reunió con su jefe inmediato, el comisionado Pablo Bertozzi, y le explicó su posición sobre los hechos acontecidos.

“Lo noté sereno y tranquilo, manifestó su completa inocencia. No me voy al referir al fondo del asunto porque hay una investigación abierta”, explicó Bertozzi.

El dueño del taller de apellido Lobo, de 50 años, fue el único al que le impusieron medidas cautelares que consisten en no abrir el local, firmar cada 15 días y no perturbar ni intimidar a los testigos.

Lobo tiene otra causa pendiente en los tribunales de justicia de Cartago, por lo que le impusieron medidas cautelares que cumplir.