Alvaro Sáenz Zúñiga, Presbítero
asaenz@liturgo.org
“El que quiera seguirme que renuncie a sí mismo”.
Cuando hacemos algo, queremos probarlo. Jesús parece percibir el resultado de su tarea evangelizadora. Hoy lo vemos sondeando a sus seguidores más cercanos.
Primero quiso percibir la reacción de los otros y pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?”, y luego vuelve a preguntar: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro responde claramente: “Tú eres el Mesías”.
Todo se corta con una orden precisa de Jesús: esto no deben decirlo. Y les instruye sobre su tarea para evitar falsas suposiciones. Les explica que el Hijo del hombre sufrirá mucho. El mensaje, pesado y espeso, conoce reacciones. Pedro quiere evitar sufrimientos a su amigo y lleva aparte a Jesús para forzarlo a evadir el trance amargo.
Y así, el apóstol, que había dicho frase tan extraordinaria como: “tú eres el mesías”, recibe de Jesús uno de los regaños más duros: “¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás!”.
Sepamos que Jesús va delante, él es el maestro, y nadie tiene derecho a bloquear su misión.
Jesús, asegura que la opción por él es exigente, y agrega: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”.
Hacer opción por Cristo supone un abandonar seguridades y privilegios. Cristo siempre supone cruz que se abraza con paz y que se lleva con alegría porque ese cumplir la voluntad de Dios en la vida será manifestar que entendimos a Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Cristo exige que le imitemos y que sigamos detrás de él. Solo así alcanzaremos la meta en el Reino de los cielos.
© 2009. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.