Edgar Fonseca, director de Al Día
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De ser cierta la versión de la llegada del controvertido técnico argentino-mexicano Ricardo La Volpe a la dirección de la selección de Costa Rica, sería un salto cualitativo con miras a la próxima eliminatoria mundialista.

Aún caliente en el ambiente la frustración por la eliminación del Mundial de Sudáfrica, cuando se tuvo “la papa en la mano”, una de las muchas interrogantes que revolotean en la opinión pública es, ¿con cuánta antelación y formalidad se preparará la Tricolor para asegurarse un campo en Brasil 2014?

En México dan por un hecho que La Volpe ya es “tico”. Él mismo lo confirmó: "Tenemos a mediados de este mes para ir a Costa Rica para hablar un poco más, no solamente del contrato, sino cómo se pueda trabajar que es lo más importante y cuánto es el apoyo de los clubes hacia la Federación y la entrega de los jugadores para hacer un trabajo fuerte para pensar en la eliminatoria", dijo.

Pareciera que las conversaciones ya han avanzado aunque los jerarcas del futbol nacional guardan silencio.

La posibilidad de amarrar el nexo con el técnico, representará un gran desafío para un timonel de gran trayectoria internacional y para los dirigentes locales, a ver si toman en serio lo que se viene.

El mismo La Volpe lo advierte cuando dice que quiere empaparse de cuán comprometida está la dirigencia y los equipos con un proceso eliminatorio como el que suponemos emprendería el país.

La Volpe puede convertirse en un capacitador no solo de las nuevas generaciones de futbolistas locales, sino de la ola de técnicos improvisados, como abejones de mayo, que vemos en nuestras canchas.

Tras el cimbronazo que se llevó la afición con la visa denegada a Johannesburgo se requiere dar saltos cualitativos como lo hizo Chile con Bielsa hace cuatro años, cuyos resultados están a la vista.