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La cara y el tono de voz de los niños son sus principales delatadores de mentiras. Photos.com
Karla Quirós Ulloa, colaboradora
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Si descubrió a su pequeñito diciendo mentiras, no se preocupe más, entérese de cómo manejar la situación de manera correcta.
A partir de los cinco añitos, lo chiquitines empiezan a mentir y a diferenciar lo que es verdadero de lo que no lo es.
María Esther Flores, psicóloga de niños, explicó que los chicos aprenden a decir mentiras por que es lo que hacen los padres.
“Ellos aprenden viendo, si ven a papá o a mamá decir cosas que no son ciertas, los pequeños pensarán que eso es lo correcto y lo harán”, comentó Flores.
Las mentiras de los niños suelen ser inocentes y en ocasiones hasta podrían causar gracia.
De acuerdo con el psicólogo Eisen Ríos, las mentirillas de los niños responden a un proceso de evolución, donde su imaginación empieza a surgir.
“La mentira es válida porque les permite crear situaciones, pero deja de serlo hasta que se lastima a alguien”, aseguró.
Las razones por la que los pequeños mencionan cosas falsas es para lograr sus objetivos.
“Mienten para lograr lo que quieren, para llamar la atención, para no ser castigados, entre otros”, advirtió Ríos.
Aunque algunas mentiras se pueden prestar para seguirle el juego a sus hijos lo ideal es conversar con él, para que tenga noción de que la acción no es correcta.
“Cuando un padre habla con un chiquito debe inspirar confianza para que él admita lo que hizo”, dijo Flores. El padre debe estar calmado y tranquilo, para que el chiquito se sienta con la confianza de decir la verdad.
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