Pekin/ EFE. - La autopista que une Pekín con la región autónoma del Tíbet, que sufrió en los pasados días un gigantesco atasco que duró nueve días, ha vuelto a congestionarse en prácticamente el mismo tramo, informaron ayer los medios locales.
Unos 2.000 vehículos se encuentran atascados en el nuevo embotellamiento, que el viernes pasado era de unos 30 kilómetros (el anterior alcanzó los 100) y se extiende por varias zonas de Mongolia Interior, Hebei y Shanxi, divisiones del norte de China cercanas a Pekín.
Muchos ocupantes de los vehículos pasan el tiempo durmiendo o jugando cartas.
El diario “China Daily” encontró a un conductor, Lu Yong (transportista de fruta), quien ha sufrido los dos atascos: el iniciado el 14 de agosto, que dio titulares a diarios de todo el planeta, y el que comenzó ayer.
“Debería haber traído algo de comer y de beber” , fue lo que dijo al diario chino el chofer de 37 años, quien en el primer atasco tuvo que esperar dos noches y un día al volante.
Estos atascos se producen debido a trabajos de mantenimiento de la carretera, los cuales no serán finalizados si no hasta dentro de un mes. Unido a esto se registra un número inusualmente grande de camiones en la vía, al parecer, muchos de ellos transportan carbón de forma ilegal.
“China Daily” relató que entre los automóviles atascados se encuentran, entre otros, un vehículo de correos y otro de la policía.
La autopista 110 canaliza gran parte del tráfico pesado desde Pekín hacia el empobrecido oeste del país, con el paso continuo de camiones de varias toneladas de peso que transportan materias primas y alimentos de la zona occidental a la oriental.
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