Juan Diego Villarreal
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Cuando los jugadores de las Panteras de Carolina, del fútbol americano, le preguntaron al dueño del equipo Jerry Richardson: “¿qué era lo más peligroso que les podía ocurrir económicamente hablando?”.

Richardson respondió: “Sin duda alguna, el divorcio”.

Hoy en día no solo los jugadores de la NFL no pondrían en duda la respuesta de Richardson.

Y si no que le pregunten al golfista Tiger Woods, a quien la separación de su esposa Elin Nordegreen, sería la más cara de los deportistas famosos.

Se especula que Woods debería pagar alrededor de unos $750 millones, es decir, ¢385 mil millones.

Además, la sueca se dejaría una mansión en la Florida, un apartamento en Estocolmo, Suecia y una granja en Noruega.

Una encuesta revela que la tasa de divorcio de los atletas profesionales oscila entre 60% y 80%.

La prestigiosa revista Sports Illustrated explica que estos números son consecuencia de: 1) la poca disposición que tienen los atletas de llevar una vida hogareña tranquila cuando se retiran, y 2) la infidelidad de los deportistas. La revista reveló que 80% de los 178 atletas consultados manifestaron su preocupación por estar “en un procedimiento judicial o un divorcio”.

Otros casos

1 Ponchado. Alex Rodríguez, tras su divorcio, debió negociar un jet, una mansión y propiedades de alquiler en Nueva York.

2 No lo perdonó. El mexicano Rafael Márquez se divorció de su esposa, Adriana Lavat. Ella dijo que el azteca no supo manejar su fama.

3 Buenos términos. El ciclista Lance Armstrong, ganador del Tour de Francia, y su esposa Kristin, decidieron poner fin a su matrimonio de cinco años.

4 De temer. El abogado Raoul Felder es famoso por representar a las ex esposas de deportistas, como Patrick Ewing, Jason Kidd y Mike Tyson.

5 Mucha plata. El jugador de la NFL, Travis Francis, debe pagar ¢512 millones al mes, por pensión a sus nueve esposas y nueve hijos.