Antonio Alfaro
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Pueden ser toros briosos, llenar el redondel, hacer levantado al más mañoso de los toreros improvisados, así vista de morado, rojinegro o rojiamarillo. Pueden abrir plaza en el Carlos Ugalde y desatar el griterío.

Pueden también, después de lucir como el “Chirriche”, pasar varias fechas seguidas como inofensivos terneritos, de esos que manean los vaqueros en unos cuantos segundos en las competencias de rodeo, como bien demuestra el último lugar en la tabla general de los llamados “Toros del Norte”.No termino de entender al cuadro norteño, a punto de iniciar el torneo con cinco puntos de desventaja ante el penúltimo lugar.

Apuesto a que se salvará, pero con su inconstancia, no se sabe.