Nadie se quedó en la casa. En Limón se vivía una gran fiesta y todos estaban invitados. El llenazo en el estadio era de tal magnitud, que la prensa deportiva nacional tuvo que realizar su trabajo desde los costados de la gradería. Más de uno se sentó a ver el encuentro en el sácate. Entrar en la gradería era imposible.

¡A pelar el ojo Unafut!

Más de un aficionado no dudo en llevar bebidas alcohólicas, cigarros y hasta sillas para poder disfrutar del encuentro de Limón ante Saprissa. Y es que todos aprovecharon que en el estadio Nuevo no hay control, se puede entrar con cualquier cosa y nadie se da cuenta. Para que lo considere la Unafut.

Kurt le dio duro al diente

El “patí”, “rice and beans” se vendieron como pan caliente ayer en el estadio de Limón. En el descanso todo el mundo buscó darse un gustazo con la comida típica del caribe. El que pensaba comprar alimentos más tarde se quedo con ganas. Hasta el delantero Kurt Bernald aprovechó para llenar el estómago.

Faltó el sabor del caribe

Los limonenses quedaron mal con el baile. Las muchachas encargadas de animar al público con el ritmo de sus caderas no despertaron el interés de nadie, la gente no les prestó atención. Mal por ellas, porque a pesar de que es una característica de la zona, quedaron debiendo.