Hugo Solano
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Sin tomarle juramento, ya que declaró como “imputado colaborador” y no como testigo, José Antonio Lobo, de 63 años, incriminó ayer al expresidente Miguel Ángel Rodríguez en el cobro de dádivas por el caso ICE- Alcatel.

Poco a poco, ante el cuestionario de la fiscal Greysa Barrientos, el exdirectivo del ICE y exministro de Vivienda de la administración Rodríguez, explicó ante los jueces que el expresidente estuvo de acuerdo con las gestiones para que Alcatel obtuviera una licitación de 400 mil líneas celulares.

Los hechos se remontan al año 2000 cuando, según Lobo, le comunicó a Rodríguez la oferta que le habían hecho Christian Sapsizian y Edgar Valverde, representantes de Alcatel para obtener dádivas por $1,5 millones si se les adjudicaba la licitación.

“Don Miguel Ángel me dijo que $1,5 millones era muy poco, que le pidiera $2 millones y que íbamos 60 por ciento para él y 40 para mí”, manifestó Lobo.

Para que se lograra la licitación deberían materializar la recomendación técnica para “migrar” a las líneas abiertas o GSM, que ofrecía Alcatel, también que se hiciera una licitación y que se votara a favor de esa empresa.

Añadió que, tras meditar mucho, acudió al expresidente para hablarle de la oferta, luego de que Alfonso Guardia, empresario, le dijo que Miguel Ángel Rodríguez “era parte en algunas negociaciones y que él le giraba sumas, cosa que a mí no me consta”, declaró.

Una vez con la venia de Rodríguez, Lobo comunicó el acuerdo a Edgar Valverde y días después dijo al expresidente que todo iba según el acuerdo, a lo que Rodríguez contestó que la comisión había sido muy barata y que “después los agarramos con el 50 por ciento”.

Se refería a una legislación que había en esa época, según la cual después de una adquisición, se facultaba a las instituciones a adquirir hasta un 50 por ciento más de lo contratado. Según Lobo, la idea era cobrarles otra vez.

De esa forma se aprobó la compra de las 400 mil líneas celulares a Alcatel y luego, dijo Lobo, llegaron los pagos que se hicieron en siete tractos a partir de diciembre del 2001.

Sobre la forma en que lo involucraron, el exministro de Vivienda narró que los representantes de Alcatel, muy suavemente le fueron insinuando que ellos acostumbraban dar premios a gente que les ayudaba.

Aparte de esas dádivas, Lobo expresó que había recibido otros $67.500 que le giró Alfonso Guardia, por una gestión en la que también, según dijo, participó el expresidente Rodríguez .

Esa vez fue porque Alcatel le había quedado mal a Guardia con algunos pagos y, en medio de la negociación de las 400 mil líneas, Guardia le pidió a Lobo ayuda para que esa empresa le pagara.

“Al principio no hice nada, pero luego, ante la insistencia, procedí a hacer gestiones”, acotó. Christian Arguedas, codefensor de Miguel Ángel Rodríguez, dijo que Lobo narra un cuento chino.

Ahora se sacó de la manga la mentira de otro cobro a Alcatel del 50 por ciento, puntualizó.

* Colaboró Evelyn Fernández.

Candente

Cris González U., fiscal.

Lo que Lobo dijo está acorde con la acusación fiscal. Se trata de cohecho y, en este caso, de corrupción agravada”.

Rafael Gairaud S., def. Rodríguez.

Lobo cambia la versión. Ahora dice que lo de Alcatel era muy grande y tenía que consultarlo a una instancia superior”.

Erick Ramos Fallas, def. de Valverde.

Llama la atención que siempre da una declaración distinta. Procura satisfacer el contrato que tiene con la Fiscalía”.

Hugo Santamaría L. def. de Guardia.

Se presentó a mentir en busca del favor del Ministerio Público. No involucra a Alfonso Guardia en ningún delito”.

En la sala tres

El juicio terminó por un dolor que aquejó la pierna de Lobo al final de la tarde. Él explicó a los jueces que tuvo una fractura triple en un accidente. El imputado Rodrigo Méndez no se ha presentado al debate ya que pidió un permiso por motivos de salud. También pidió permiso Eliseo Vargas, quien ayer en la tarde se ausentó por un dolor de espalda.

La rayería de ayer afectó el juicio. La presidenta del Tribunal, Rosaura García pidió a Lobo repetir unas partes. También hubo un receso porque el equipo de sonido se apagó.