Carlos Láscarez S.
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Una pareja de jóvenes que figuran como ofendidos por el delito de estafa, aseguraron ayer que el nicaragüense de apellido Tabora los convenció para que sacaran una tarjeta de crédito que luego les generó grandes deudas.

La primera en declarar fue una mujer de apellido Cascante, quien afirmó al Tribunal que el imputado siempre les decía que buscaba a personas altas y atractivas. Señaló que durante los tres años que tardó pagando el crédito se sintió terrible, ingenua y con mucha cólera ya que en ese momento contaba con 20 años.

“Me hicieron un bronceado instantáneo, que creo fue para que diera el sí con el crédito. Luego recordé que la señora de la cámara de bronceado le dijo a Tabora que era la última muchacha que recibía, ya que no le había pagado el de las otras”, dijo.

Similar criterio externó un hombre de 24 años de apellido Mesén, quien para esa época contaba con 19 años. Recordó que para cumplir con las expectativas de Tabora, tuvo que convencer a su madre para que le ayudara a sacar una tarjeta de crédito.

“Le dí más de ¢1 millón. Firmé un contrato que casi no tuve tiempo de leer. Me prometió que se iban a hacer eventos, que iba a reintegrar el monto inicial y que pagaría una determinada cantidad por evento”, relató Mesén.

“La idea del modelaje era progresar y hacer algo positivo de mi vida. Hubo una época en la que estaba sin trabajo y con esa deuda. Fue un desgaste físico y psicológico por algo que jamás recibí. Había que limitarse a lo que él decía. Me cambió el panorama por completo”, comentó el afectado.

Tabora figura como sospechoso del presunto delito de estafa en perjuicio de 41 jóvenes que anhelaban convertirse en modelos.

El dinero era para producir un catálogo personal de fotografías.