Evelyn Fernández y Franklin Arroyo
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La última frase que Adrián Vargas Sánchez le dijo a su madre María Isabel Sánchez fue que corrieran porque acababa de caer un rayo, segundos después una descarga lo fulminó junto a su sobrino-nieto Jamil Chaves, de cuatro años, antier en Los Ángeles de San Ramón.
“No vi ni escuché nada; el golpe me botó y me golpeé la cabeza. Cuando abrí los ojos no podía mover mis piernas, llamé a Adrián y como no me respondió presentí que el rayo lo había matado”, relató la madre, quien se dirigía con sus familiares a tomar un bus para ir a casa de una de sus hijas.
“Contra la voluntad de Dios no se puede hacer nada. A mi nieto Sergio y a mí no nos convenía morir, a ellos dos se los llevó Dios”, agregó con gran fortaleza la sobreviviente de 64 años, quien está estable en el Hospital México.
Consternados
El dolor se apoderó del barrio conocido como El Guaba, en donde vivían las dos víctimas.
“Mi hermano era una excelente persona, muy trabajador y muy con Dios. Mi nieto era un niño cariñoso, hiperactivo y le encantaban los carros”, dijo con su voz quebrada Saira Sánchez, hermana de Adrián y abuela de Jamil.
Jorge Moya, amigo de la familia, se mostró dolido y sorprendido por el suceso y comentó que Adrián destacaba por colaborador y servicial en el pueblo.
“Fue algo impactante, toda la comunidad está dolida y dando apoyo porque se les conoce como una familia muy unida”, dijo.
Los cuerpos de las dos víctimas llegaron a sus casas ayer a eso de las 3 p.m. y hoy será el funeral a las 10 a.m. en el templo católico de la localidad.
Dolidos
Juan Rojas, vecino y amigo de la familia.
Desde chiquitillo me llevaba muy bien con Adrián. Esto fue una tragedia que sorprendió a todo este pueblo”.
Socorro Molina, suegra.
Yo vivo en Los Chiles y me di cuenta por las noticias. Me vine de una vez para San Ramón, aunque no lo podía creer”.
Omar Carrillo, cuñado.
Somos una familia muy unida. El lunes pasado le celebramos los 35 años a Adrián y no pudo estrenar un regalo”.
Sea precavido
439.016 es la cantidad de rayos que cayeron en el territorio nacional hasta el día miércoles 8 de setiembre de este año, según datos del Instituto Costarricense de Electricidad.
Un rayo puede contener 100 millones de voltios, alcanzar los 28 mil grados celsios, una intensidad de hasta 20 mil amperios y tener una velocidad de 140 mil kilómetros por segundo.
Si está en campo abierto durante una rayería, debe alejarse de árboles, de cualquier poste o estructura alta, de ríos, arroyos, lagos o piscinas. Si está en auto, quédese dentro del vehículo.
Vecinos corrieron a ayudar
Maritza Araya tiene una pulpería frente a la acera donde se dio el suceso.
Araya contó que Adrián llevaba a Jamil alzado. Ambos se tapaban con un paraguas. Su mamá iba atrás de ellos con su nieto Sergio Vargas, de nueve años quien también sobrevivió al golpe.
“Yo escuché el estruendo, cerré los ojos, grité y le dije a mi hermana corra a ver si les pasó algo. Llamé a la Cruz Roja. Luego vi a Adrián y al niñito tirados y ayudé a levantar a doña María Isabel y a Sergio. Fue terrible”, relató.
Ayer el médico Ricardo González, quien atendió a María Isabel Sánchez, comentó que ella está estable y que sufrió algunas lesiones musculares por causa del rayo. El médico Rodolfo Hernández, director del Hospital de Niños, dijo que a Sergio, al parecer, le entró parte de la descarga por el tórax y le salió por los talones, porque presenta quemaduras allí, pero su salud evoluciona bien.
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