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Domingo 3 de abril de 2011, San José, Costa Rica

Editorial

¿Fue o no una burla?

La presencia de Argentina en nuestro país, pero sobre todo que Lionel Messi, el mejor jugador del mundo estuviera en suelo nacional, causó euforia, desató pasión y hasta locura.

Muchos buscaron la forma para obtener un autógrafo o fotografía de la “Pulga”, otros pagaron hasta ¢200 mil por una entrada al estadio, con tal de ver a Messi hacer magia con la pelota en los pies.

Nos quedamos con las ganas. De nada valió que cerca del minuto 75, a una sola voz, las 35 mil gargantas en el Estadio Nacional gritaran: “Messi, Messi”, pidiendo a la “Pulga” que no saltó del banquillo.

Decepción entre los aficionados, frustración, porque Messi ni siquiera tomó el micrófono y se excusó por no jugar, quizá no tenía que hacerlo, al fin y al cabo no estaba en la obligación de jugar.

Dolidos y burlados se sintieron los aficionados, porque a la cancha, Sergio Batista envió el equipo B, que no jugó mal, pero no estaba Cambiasso, Zanetti, Lavezzi, Di María y por supuesto Messi.

Los argentinos le dieron atolillo con el dedo a los dirigentes de la Federación de Fútbol y al final muchos terminaron tragando de ese atolillo. ¿Tiene Eduardo Li y su gente en la Fedefutbol la capacidad de organizar como se debe un partido contra una selección de clase mundial como la de Argentina? Por lo que pasó, no, quedaron mal parados y hay un sabor a burla en la opinión pública.

Julio Grondona, Sergio Batista y demás integrantes de la selección de Argentina, menospreciaron a Costa Rica, a nuestro fútbol.

Batista dijo: Messi va a jugar. Después que unos minutos; “quizá un tiempo”, añadió y todos con el alma en vilo, porque no fue claro.

Eso debió estar estipulado en el contrato, Messi viene pero a jugar, no a pasear.

Ahora lo que resta es ver a Messi por televisión, despachando a los rivales, quitándose a uno y eludiendo a otros y seguro, gritar goool, con la camisa del Barcelona.

Lección para Eduardo Li y todo el Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol. Lo vivido el martes no debe repetirse. Los contratos deben cumplirse y existir claúsulas de indemnización. Por euforia, por la “Messimanía” que envolvió a nuestros dirigentes, quedamos mal parados.