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Lunes 1 de agosto de 2011, San José, Costa Rica

Los atiende en Zapote de Alfaro Ruiz

Familia recibe a peregrinos desde hace tres décadas

Édgar Chinchilla, corresponsal GN

redaccion@aldia.co.cr

Alfaro Ruiz. - En Zapote de Zarcero, existe un sencillo refugio para los cientos de romeros que iniciaron su peregrinación desde la zona norte hacia la casa de “La Negrita”.

Se trata de la humilde vivienda de Herman Rodríguez y Emilce Salazar, quienes este año cumplieron 33 años de recibir, con los brazos abiertos, a cientos de peregrinos.

Y es que esta bondadosa pareja atiende gratuitamente a gran cantidad de romeros. Les ofrecen alimento y bebida.

Picadillo de arracache, rosquillas, arroz con pollo, gallo pinto, queso, huevos, además de café, aguadulce, leche o fresco es parte de lo que año tras año preparan con gran esmero. Pero esta pareja, devota de la Virgen de los Ángeles, ofrece además hospedaje a quien lo necesite.

Para ellos, no hay época del año que les ocasione más alegría que cuando tienen la posibilidad de desprenderse de lo poco que tienen para darlo a los demás.

En su casa guardan dos tesoros. El primero es un libro en el que, desde 2002, los romeros estampan sus nombres y ponen algún mensaje. Allí hay ya casi 2 mil nombres registrados.

El otro tesoro son los rosarios, imágenes y presentes que los visitantes les traen como muestra de afecto y cariño por la atención que reciben.

Al día de hoy, tras 33 años de tradición, calculan que por su vivienda han pasado cerca de 5 mil romeros. Don Herman asegura que la tradición nació después de su última visita a “La Negrita”, cuando una persona le regaló unas naranjas en un momento de hambre. Eso lo marcó.

Pareja bondadosa

Doña Emilce dice que no hay mejor regalo que darse a los demás. Esta buena mujer, de palabra pausada y mirada fija, describió como un día, cuando ya no tenían panes ni picadillo y prácticamente la olla de arroz estaba vacía, apareció un grupo de romeros en su casa.

Luego de hacer oración, comenzó a repartir. No solo alcanzó para todos, sino que sobró “lo mismo que al principio había en la olla”, recordó.