Sucesos
Sábado 31 de diciembre de 2011, Costa Rica

Pareja de la sección penal juvenil indagó 5 meses

Abortar pandillas en La Carpio fue caso del año

Hugo Solano

hsolano@aldia.co.cr

Marlon Umaña González tenía 19 años, cuando a sangre fría le propinó cuatro balazos a Jonathan Ramírez. “Se retorcía, arañaba la tierra horrible”, dijo en el juicio un testigo, en abril pasado.

Unos siete kilómetros al oeste de San José, en La Carpio, La Uruca, se gestan desde hace varios años grupos que obligaron a una actuación policial sin precedentes en junio, la cual fue premiada por el OIJ como el caso del año.

En la justificación del premio quedó claro que de no darse una actuación policial pronta, el fenómeno podría tomar fuerza y establecerse en nuestro país.

A Marlon Umaña, conocido como “orejitas”, debido a una deformación congénita en la oreja derecha, el Tribunal le impuso 53 años de prisión por casos similares. Se le condenó por diez delitos cometidos contra seis jóvenes de La Carpio, donde imponía su ley.

A Jonathan Ramírez lo dejó tetrapléjico, es decir, apenas se sostiene en una silla de ruedas y no puede mover ni pies, ni brazos.

Tierra de retos y venganzas

Las rencillas entre estos dos sujetos sucedieron desde el 2009 y ejemplifican lo que se gestaba en la ciudadela La Carpio.

A Jonathan, el joven que quedó tetrapléjico Marlon lo había asaltado en la barriada cuatro meses antes de abatirlo a disparos.

Le robó una tenis y una gorra blanca. “Me puso una pistola en la cabeza y el otro que venía con él, se me puso en la espalda. Luego me pegó un vergazo en la cara” dijo Jonathan en el juicio.

A sabiendas de que Marlon era terrible y que había baleado a Vampi, Christian, Yalí y a una muchacha de la cuarta parada, Jonathan lo retó. Le mandó a decir, días después del asalto que solo armado pudo asaltarlo. Marlon le respondió que lo iba a acostar.

El nueve de noviembre del 2009, a las 10:15 p.m. Jonathan estaba viendo televisión en su casa, cerca de la tercera parada. Su cuñado y a su sobrino salieron a recoger a Maytel Ramírez, hermana de Jonathan, y él decidió acompañarlos. Fue la última vez que pudo moverse por sí mismo.

Maytel se bajo del bus, saludo a su esposo y se disponía a abrazar a su hijo cuando un balazo conmocionó la escena.

El bus siguió, y despavoridos los pasajeros que acababan de bajar huyeron del sitio.

Jonathan cayó boca abajo, la bala le dio a un lado de la cabeza.”Eso es lo que querías maldito” le dijo Marlon al acercarse. De inmediato le disparó tres veces más, dos balas le dieron en la espalda y una en la pierna derecha.

Marlon fue capturado pocos minutos después gracias a la descripción de testigos. Actualmente está preso.